Pillan en plena Autovía del Cantábrico, en Navia, a unos traficantes que llevaban marihuana para Lugo

 La Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo detuvo a tres hombres de entre 44 y 20 años, vecinos de Bilbao y Lugo, que transportaban en el vehículo en el que viajaban 1.300 gramos de marihuana, varios terminales móviles y dos tarjetas de crédito que no pertenecían a ninguno de ellos. Fue una patrulla de servicio de la Compañía de Luarca durante una vigilancia de seguridad ciudadana la que interceptó a los arrestados sobre las dos de la madrugada del miércoles de la semana pasada. Los agentes observaron un vehículo Peugeot 307 que circulaba por la Autovía del cantábrico (A-8), a la altura de la localidad de Navia, en dirección a Galicia. Al percatarse de la presencia del vehículo oficial, el vehículo empezó a hacer movimientos extraños, lo que hizo sospechar a los agentes.

Tras interceptar al vehículo, la Guardia Civil identificó a los tres ocupantes del mismo, solicitando antecedentes a la Central Operativa de Servicio (COS), que una vez consultada la base de datos, informó a los agentes de que a los tres identificados les constaban antecedentes por tráfico de drogas y delitos contra el patrimonio, además a dos de ellos les figuraban requisitorias de averiguación de domicilio procedentes de juzgados de Bilbao y la Coruña.

Los agentes procedieron entonces a realizar un inspección del interior del vehículo hallando bajo los asientos traseros, oculto bajo los tapizados, varias bolsas de plástico que contenían cogollos de marihuana, otra bolsa con diez terminales móviles (cuya procedencia no pudieron precisar), así como dos tarjetas de crédito de dos personas, que no se correspondían con las identificadas. La droga incautada estaba preparada para su venta, ya que iba dispuesta en veintitrés paquetes de diferentes dimensiones, con un peso total de 1.300 gramos, y cuyo destino final era la localidad de Lugo.

Los tres detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado número 1 de Luarca. La intervención llevada a cabo se enmarca dentro de la “Operación Miller” que la Guardia Civil ha impulsado como plan de respuesta policial al cultivo y tráfico de marihuana y los beneficios que se obtiene de la misma.