Radiografía de la innovación en Asturias: hace falta más inversión para aprovechar un "capital humano" de alto nivel

Fernando Rubiera, profesor de Economía Aplicada y director de la cátedra para el análisis de la innovación de la Universidad de Oviedo, trae una noticia buena y otra mala. El sistema innovador asturiano, y está empezando por la negativa, figura entre los que realiza un esfuerzo inversor menos intenso, inferior a la media nacional y europea y con una brecha especialmente acusada en la porción del sector privado. Lo llamativo, y ésta es la parte positiva, deja en cambio muy bien parada a la región en sus niveles de capital humano, de número de doctores e investigadores, de la calidad y la cantidad de su personal científico… La conclusión dice que falta dinero, pero también que cualquier inyección inversora va a tener en el Principado un notable efecto multiplicador rápido.

Es el poso que deja el tercer informe de la cátedra, un desmenuzado de la situación de la región en el contexto nacional y europeo de la I+D+i que pone acentos en la necesidad de que los programas inversores europeos incorporen “efectos espaciales” y “un componente de cohesión social y territorial más relevante en la distribución de sus fondos”. Rubiera y su equipo investigador han presentado esta mañana el informe en compañía del consejero de Ciencia y Universidad, Borja Sánchez, y la vicerrectora de Transferencia y Relaciones con la Empresa de la Universidad de Oviedo, Susana Menéndez. Sánchez ha encontrado en el documento motivos para celebrar la disposición de “un observatorio de datos continuo” para monitorizar el estado del sistema innovador asturiano y tras matizar que la foto del informe está hecha con datos de 2019 expuso su intención de encarar el futuro con la pretensión de “ir cerrando la brecha (inversora) que existe, sobre todo en el sector privado”.

Es aún “temprano” para hablar del reflejo que esas intenciones tendrán en el presupuesto de 2022, afirma el Consejero. Afirma que su departamento se propone “incidir en el incremento del número de empresas innovadoras” y evita el asunto espinoso de las cuentas públicas afirmando que si efectivamente “hay una cuestión presupuestaria, también es muy importante el componente regulatorio”, en referencia a la ley que articulará la Agencia  de Ciencia e Innovación y a la Ley de Ciencia.