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Entrevista a Lydia Espina, consejera de Educación: "El cambio en la forma de evaluar no se hace de un día para otro, es un camino de dos años"

"Entiendo las quejas docentes por la LOMLOE y es cierto que los tiempos fueron ajustados, pero pido, por favor, tranquilidad; iremos todos a una"

Lydia Espina en su despacho en la Consejería de Educación

Lydia Espina en su despacho en la Consejería de Educación / IRMA COLLIN

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

Lydia Espina López, consejera de Educación desde julio de 2021, se enfrenta en esta entrevista, concedida en exclusiva a LA NUEVA ESPAÑA, a su primer examen de la LOMLOE. La nueva ley comenzó en septiembre en los cursos impares y desde entonces y hasta hoy –ayer finalizó el primer trimestre–, las quejas entre el profesorado han sido masivas. Los docentes denuncian "las prisas" con las que se está implantando la reforma educativa y demandan plazos más sosegados. Para conseguirlo, ya se han manifestado y han emprendido varias campañas de recogida de firmas.

Espina (Villaviciosa, 1974), que es profesora y madre de dos niños en edad escolar, entiende y respeta las críticas de sus compañeros. Y por eso, dice, desde su equipo han "reconducido" la situación, "escuchando" a los centros, "flexibilizando los plazos" y "aumentando la formación". La directora de todos los colegios e institutos de Asturias –más de 100.000 alumnos y 15.000 docentes están en sus manos– asegura que la LOMLOE es la ley educativa que más cambiará la vida en las aulas. Y aunque ahora el escenario sea negro, "a medio plazo –defiende– veremos que es una norma positiva y necesaria".

–La LOMLOE ha empezado con mal pie en Asturias. ¿Qué ha fallado?

–La LOMLOE supone un cambio sustancial a nivel de metodologías y en la forma de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje. Eso hace que debamos darle tiempo. Nosotros, como Administración, desde que empezamos a ver que había dificultades, hemos activado los mecanismos necesarios para dar respuesta a los profesores. Así, nos hemos reunido con los comités de directores de la pública y con representantes de la concertada, hemos redoblado –y lo seguiremos haciendo– la formación, hemos flexibilizado al máximo los plazos... Hemos reconducido, en definitiva, la situación, porque cuando hay dificultades de nada sirve enrocarse. Nuestro objetivo es que a dos años vista la LOMLOE se implante de la mejor manera posible y vamos a ir todos a una para conseguirlo. A los docentes les mando un mensaje de tranquilidad.

–Sin embargo, ellos insisten en que la nueva ley se está implantando "a calzador, a toda prisa".

–Entiendo a los profesores y veo bien que se quejen y que nos hagan llegar sus críticas. Es cierto que los tiempos han sido ajustados. Los reales decretos nacionales se aprobaron en mayo y eso nos ha llevado a ir siempre por detrás. No obstante, nosotros aprobamos los decretos en el verano, mientras que otras comunidades aún no los han sacado.

–¿Estamos ante la ley educativa más transgresora?

–Desde que yo estoy en el sistema educativo, tanto como docente como alumna, es el mayor cambio que he visto. El paso de gigante se da en la evaluación, que por primera vez es competencial. Yo pienso que la LOMLOE es una ley muy positiva y a medio plazo lo veremos. Es transgresora, porque cambia la rutina de los centros, pero también es necesaria. De hecho, nos la pedía Europa. Así que tranquilidad, por favor. Ha empezado el curso, acabará y todavía nos queda otro más dentro del periodo de implantación.

–¿En la propia Consejería han tenido dudas de cómo aplicar la reforma?

–Dudas en cómo llevarla a cabo en los centros, no. Quizá sí dudas en cómo comunicarla. De hecho, al principio sacamos unas instrucciones de evaluación, que después hubo que retirar para mejorarlas y ampliarlas.

–Los profesores aseguran que no han emitido instrucciones claras respecto a la evaluación.

–Desde aquí siempre hemos dicho lo mismo y los criterios de calificación siempre se han explicado de la misma forma.

–¿Se ha podido evaluar por competencias en este primer trimestre?

–La ley empezó a principios de curso, aquí y en toda España. Es una ley orgánica y, por tanto, de obligado cumplimiento en todo el territorio nacional. No es algo que podamos dejar de aplicar como alguna vez escuché; no tenemos esa capacidad. Respondiendo a la pregunta, claro que los centros han podido evaluar siguiendo la normativa. Ahora bien, ¿habrá un aprendizaje para poder mejorarla? Por supuesto que sí. A finales de curso, cuando tengamos la evaluación final, seguramente habremos mejorado mucho. Pero el objetivo final de implantación, insisto, es a dos años. La evaluación competencial es un camino, no se puede hacer de un día para otro. Vamos poquitín a poquitín, poniendo graninos de arena en el camino.

–¿Qué diferencia hay entre la evaluación que se venía haciendo hasta ahora y la competencial?

–Lo primero que hay que entender es que el punto de partida es otro. Se trata de ponerles a los alumnos una meta. Por ejemplo, que elaboren una guía turística para viajar entre Cambridge y Londres. Esa es la competencia que quiero que adquieran, que es algo mucho más realista, y para llegar a ella los alumnos tienen que trabajar muchas competencias transversales. Ya no hablamos de que el punto de inicio son los contenidos, ahora llamados saberes básicos, aunque también están presentes en el proceso de aprendizaje. Es falso eso que dicen de que se eliminan contenidos. La dificultad que existe en la evaluación es que ya no vamos tanto a los criterios de calificación, que se dividían porcentualmente, como a los criterios de evaluación. A todo esto se une que tenemos una terminología distinta, como las llamadas situaciones de aprendizaje.

–Los docentes se quejan de que en un centro se puede evaluar a los alumnos de forma diferente al de al lado...

–La autonomía de gestión de los centros ha existido siempre y la LOMLOE la refuerza y la potencia. En cualquier centro educativo de España jamás se ha evaluado igual. Siempre cada profesor ha tenido sus propios criterios de evaluación y de calificación, concretando en ellos las necesidades de su centro así como el ámbito socioeconómico en el que se encuentra. ¿Por qué? Porque no es lo mismo un alumno del CRA Picos de Europa que otro del centro de Oviedo. Ese contexto tiene que personalizarse en el aprendizaje.

–¿Por qué en el momento en el que empezaron las clases su Consejería no impartió de forma masiva cursos de formación para llegar a todo el profesorado?

–Hicimos formaciones online, en las que a día de hoy han participado unos 3.000 profesores. Tenemos muchos profesores (más de 15.000) y es cierto que tenemos margen de mejora. Inicialmente, pensamos que no iba a haber tanta demanda y, al final, hubo muchísima. Hemos recogido el guante y vamos a mejorar para intentar llegar a todos. Hemos lanzado, por ejemplo, micropíldoras formativas (vídeos cortos) con los elementos más importante de la ley educativa. Este problema no es solo asturiano, sino que está sucediendo en todo el territorio nacional. Yo creo que aquí estamos haciendo los deberes.

–Si hay un cambio de gobierno en las próximas elecciones generales, la LOMLOE peligra.

–No es tan fácil cambiar una ley educativa, se necesita tiempo. La LOMLOE, independientemente de lo que ocurra en las urnas, tiene un margen bastante largo para llevarse a cabo. En cualquier caso, esperemos que no haya un cambio de gobierno y que no tengamos que vivir esa tesitura. Dicho esto, lo deseable es que haya un acuerdo y que logremos sacar esa ley tan deseada de la unidad, que me consta por otra parte que la Ministra intentó hasta el final.

–La nueva EBAU... Apoya el retraso de su implantación total hasta 2028, pero qué opina del contenido de la prueba planteada por el Ministerio. El examen de Lengua Castellana ha recibido muchas críticas, entre ellas de la coordinadora de Asturias.

–Para mí ese debate ahora mismo no existe, porque estamos en un momento mucho más inicial. Nosotros no hemos visto ningún modelo de prueba y creo que ni existe. En las sectoriales que hemos tenido, la Ministra ha sido clarísima en su mensaje de búsqueda de consenso total y no va a tirar la toalla. Nosotros siempre apoyamos alargar el periodo de transición hasta 2028, como se acordó recientemente, porque nos parecía muy acertado que fuesen los alumnos que hoy están en 1º de la ESO y que se han iniciado en la LOMLOE los que se examinen cien por cien de la nueva EBAU, que será competencial. Además de consenso, el Ministerio está buscando el mayor rigor en el diseño del examen y, por eso, se harán pruebas de pilotaje. La idea que tienen es que las comunidades que quieran participar, entre ellas la nuestra, realicemos un ensayo de la futura EBAU con alumnos de 1º de Bachillerato. Se hará en pocos centros, en dos o tres. Luego, las regiones participantes volcaremos toda la información recabada y ahí veremos qué ha salido bien y qué partes cojean. Lo que está claro es que el modelo de examen actual lleva muchos años vigente y tenemos que salir de nuestra zona de confort para mejorar.

–La concertada, que se ha manifestado, dice que sus alumnos reciben 150 millones de euros menos al año del Principado que los de la pública.

–Desde que mi equipo ha llegado a esta Consejería, de eso no hace ni año y medio, hemos alcanzado tres acuerdos de mejora con la red concertada. Uno de ellos es la paga de antigüedad de 25 años del profesorado, que llevaba tiempo parado y que ha supuesto una inversión de 4 millones de euros. Lo que no podemos pretender es que en un periodo de tiempo tan corto todas las peticiones sindicales, ya sean de la concertada o de la pública, se consigan. Se necesita tiempo para analizarlo todo y nuestra misión es distribuir el dinero que tenemos de la mejor manera posible entre todos. En este sentido, yo soy la Consejera de ambas redes y creo que ahora se está repartiendo la financiación de forma justa y equilibrada entre la pública y la concertada. Respecto a las cifras que ellos mencionan, no sé cómo analizan los datos, pero no concuerdan con los que nosotros tenemos. En cualquier caso, la inversión por alumno desde luego que es mayor en la red pública que en la concertada por un motivo: llegamos a todos los rincones de Asturias. Y pongo el ejemplo del colegio público de Berducedo, en donde hay 10 profesores para 4 alumnos. Eso no existe en la red concertada porque apenas hay colegios en la zona rural. La inversión que se hace por alumno es altísima y eso hace que la media de la pública suba. ¿Que hay camino por recorrer en la concertada? Claro que sí. Pero se han dado pasos, como por ejemplo incluirlos en los gastos de funcionamiento covid, el llamamiento exprés, el aumento de becas de libros o el programa PROA+.

"Soy consejera tanto de la pública como de la concertada y creo que se están repartiendo los fondos entre las dos de redes de manera justa y equilibrada"

–Las matrículas menguan, pero el presupuesto para el año que viene crece.

–Efectivamente. Eso refleja la importancia que tiene la educación para el Gobierno del Principado. Hablamos de una subida del 5,5%, que sería aún mayor, del 7,6%, si tuviésemos en cuenta el incremento en digitalización, que en las próximas cuentas figurará en la Consejería de Presidencia pero que en realidad es dinero nuestro, que se invierte en nuestros centros. Es una aportación sin precedentes: de los 7 millones actuales pasamos a los 16,7, y a ellos hay que sumar más dinero que se destina a la formación y a la acreditación de competencias digitales del profesorado.

–Anunció recientemente en la Junta General que la inversión que harán para construir el colegio de Nuevo Roces, en Gijón, será muy alta. ¿Estamos ante la mayor obra escolar de Asturias?

–Ahora mismo tenemos 450.000 euros contemplados en el presupuesto de 2023, porque es lo que podemos invertir a lo largo del año. Hemos sido muy rigurosos en poner lo que realmente se iba a ejecutar. Próximamente anunciaremos el proyecto, pero sí, no ha habido ningún otro colegio público con una capacidad presupuestaria tan grande por nuestra parte. Irá en la línea de los institutos de La Corredoria, La Florida y La Fresneda. Esto quiere decir que será un colegio innovador y transgresor, a la altura de la ciudad de Gijón.

–Los alumnos asturianos sobresalen en los informes nacionales por su nivel académico y ahora la región es también referente en la detección de las altas capacidades.

–En todas las pruebas externas el nivel del alumnado asturiano es altísimo, y eso significa que el nivel de nuestro profesorado también lo es. Se están haciendo las cosas bien y los cimientos educativos de la región son muy sólidos. Respecto a las altas capacidades, todo el equipo de esta Consejería somos profesores y veíamos que en este ámbito había un camino mayor por recorrer para paliar el abandono existente en este tipo de alumnado. Pusimos en marcha una estrategia de detección temprana de altas capacidades en 1º de Primaria y por ello hemos recibido un premio nacional. En estos momentos se están recogiendo los datos y ya hemos recibido más de 5.000 formularios. En enero se hará un estudio y luego se transmitirá toda información a los centros. La idea es establecer una especie de semáforo. Puede haber, por ejemplo, alumnos que estén en estado ámbar, que necesiten observación y apoyo en un futuro, y otros en rojo, susceptibles de ser de altas capacidades y necesitar una evaluación psicopedagógica. Se trata de mejorar el sistema, reducir el abandono temprano y atender a la diversidad.

–Llegó a consejera en julio de 2021, con lo que lleva un año y cinco meses en el cargo. ¿Le gustaría repetir?

–Yo estoy trabajando a toda máquina, como si fuese un tren, para intentar sacar adelante lo más importante en materia educativa de aquí a que finalice la legislatura. Mi objetivo prioritario no son las elecciones, lo digo de corazón, sino hacer mi trabajo: ejecutar las grandes obras, desarrollar los procesos de estabilización, ayudar a mis compañeros para que la LOMLOE se establezca de la mejor manera posible... El Presidente sabe que yo siempre he estado a su lado y podrá contar conmigo para lo que desee.

–¿Qué lección ha sacado de su paso por el Gobierno?

–Me llevo un aprendizaje a nivel personal y político para toda la vida. En este tiempo, he aprendido que hay que ser lo más justo posible con cualquier decisión que se tome. También he aprendido a ser muy perseverante y a no rendirme. Aquí nunca nos podemos rendir. Es algo que digo a mi equipo. Lógicamente habrá críticas, pero nos tienen que servir para aprender y así, cuando nos vayamos, poder mirar atrás y decir: "Hemos hecho todo lo que hemos podido". He aprendido también que la Administración no funciona para nada como los colegios e institutos, lleva otros tiempos.

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