Las nuevas oficinas virtuales son "humo", avisan los jueces de paz

"No tienen resuelto cómo funcionarán: no están digitalizados los libros, ni formados los funcionarios", advierte el juez de Castrillón

Los juzgados de Llamaquique, en Oviedo.

Los juzgados de Llamaquique, en Oviedo. / LNE

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

La Ministra de Justicia, Pilar Llop, acudió este viernes a Campo de Caso para inaugurar la primera oficina judicial virtual de Asturias, en las dependencias del Juzgado de Paz. La idea del Ministerio es sustituir los 7.700 juzgados de paz del país por estas oficinas en las que los vecinos podrán realizar trámites para los que, hasta ahora, debían trasladarse a los juzgados más próximos. Las oficinas estarán dotadas de medios técnicos y telemáticos, para que los ciudadanos no tengan que desplazarse y puedan incluso comparecer en los juicios de forma telemática. Además de en Caso, se abrirán en Degaña, Ibias, San Martín del Rey Aurelio –que iba a ser la primera, aunque finalmente no pudo ser– y Sobrescobio. En todos los casos, esta oficina llevará aparejado el cese de los jueces de paz, y hay 7.700 en España. Los jueces de paz, como se comprenderá, no están muy contentos con que se elimine una figura que tiene 200 años de existencia, y que además está inscrita en nuestra Constitución. Pero es que consideran que el Ministerio "solo está vendiendo humo, porque no tienen resuelto cómo funcionarán esas oficinas virtuales", asegura Manuel Ángel López, juez de paz de Castrillón y presidente de la Asociación de Jueces de Paz de Asturias.

"Va a ocurrir lo mismo que con la ley de registro civil, que data de 2011, pero no se puede aplicar porque aún no se han digitalizado los registros. No se sabe nada del sistema operativo que tendrán las oficinas virtuales, ni quién las va a atender, ni se ha formado a los funcionarios que sustituirán a los jueces de paz, de forma que tendrán que convivir inicialmente en la misma oficina... La Ministra solo está dándose un paseo electoral. Lo único cierto es que los vecinos de los pueblos se van a quedar sin justicia de paz", añade López.

Lo que más molesta a los jueces de paz es que todo este proceso se ha realizado sin tomarles en cuenta y abocándoles únicamente a la desaparición. Estamos hablando del caudal de experiencia de 7.700 jueces de paz –más 7.700 suplentes–, acostumbrados a aplicar una justicia cercana a los vecinos, apegada al terruño. Se trata de personas de reconocido prestigio que además contribuyen a la paz social, enumera López.

Sin olvidar que, hasta ahora, los juzgados de paz evitaban que numerosos asuntos llegasen a los juzgados superiores, con lo que ahora éstos se saturarán aún más. Se puede argumentar que cada vez tendrá más peso la mediación, pero "un mediador no es juez", sentencia López.

La creación de las oficinas virtuales se enmarca en un proyecto más amplio, Justicia 2030, que pretende la creación de los tribunales de instancia y reducir a solo 431 los 3.000 juzgados actuales, añade el juez de paz. El proyecto también incluye el establecimiento de la nueva oficina judicial, para hacerla más eficaz, "algo que aplaudimos".

"Se vende que va a ser un proceso agilísimo que va a acercar la Justicia al ciudadano, pero no se puede hacer de esta manera, sin contar con nosotros", se queja López. Y va más allá: "¿Alguien se imagina a un ciudadano compareciendo en un juicio por videoconferencia desde, digamos, Yernes, Pesoz o Illano, cuando los propios juzgados de Oviedo y Gijón tienen problemas para realizarlas? ¿Los funcionarios jóvenes pedirán destino en Illano, por poner un ejemplo? Hay cosas sin pies ni cabeza".

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