Movilización en un sector esencial

¿Por qué el Principado no aplaca el descontento de los sanitarios pese a tener el mayor gasto del país?

El PP y Foro reprochan al Gobierno "la mala gestión del dinero público" | El Sindicato Médico ve en la protesta de la enfermería "intereses muy dispares, incluso políticos"

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

El gasto sanitario público por cada habitante de Asturias ha pasado de 1.717 euros en 2019 –año de inicio de la presente legislatura y previo a la pandemia de covid– a 2.133 euros previstos para este año. Esta diferencia de 416 euros representa un aumento del 24 por ciento y sitúa al Principado como la comunidad autónoma española con mayor factura per cápita en salud (en un cuadro comparativo en el que faltan País Vasco y La Rioja). En el extremo contrario, la menor dedicación de recursos a la sanidad pública se registra en la Comunidad de Madrid: 1.446 euros este año, un 17 por ciento más que en 2019.

Sin embargo, pese a esta fuerte inversión en servicios sanitarios, el Gobierno asturiano vio con sorpresa cómo anteayer domingo se manifestaban en Oviedo unos 4.000 profesionales de la sanidad –en su mayoría enfermeras y auxiliares (TCAE)– en demanda de mejores condiciones laborales y asegurando que "muchos de nosotros tenemos que coger bajas por agotamiento". Este inesperado poder de convocatoria ha resultado tanto más llamativo en la medida en que la movilización no disponía de ningún apoyo explícito de siglas sindicales ni políticas.

Varios de los sindicatos y partidos consultados ayer por este periódico coincidieron en reclamar a la Consejería de Salud y al Servicio de Salud del Principado (Sespa) una mejor utilización de los recursos disponibles. "Se hace necesario un nuevo modelo de gestión, despolitizado, profesionalizando la función directiva", subrayó la diputada autonómica del Partido Popular, Beatriz Polledo. Y añadió la portavoz del PP: "Frente a un Barbón que es el mayor impulsor de la sanidad privada por su mala gestión del dinero público, Diego Canga [candidato del PP a las próximas elecciones autonómicas] se compromete a blindar la sanidad pública y ya ha presentado cinco medidas para ello".

Desde Foro, su secretario general y candidato al Principado, Adrián Pumares, indicó que la situación de la sanidad asturiana "demuestra que detrás de la palabrería de Barbón no hay nada más que desgobierno y mala gestión". Según Pumares, "en el Principado hay más retraso que en la Comunidad de Madrid para acceder a la consulta de un especialista y hay más personas esperando en proporción a nuestra población".

En el ámbito sindical, la situación es singular. El próximo 20 de abril se celebrarán elecciones sindicales en el sector sanitario. Como ya se ha indicado, en contra de lo habitual, la manifestación del domingo no fue impulsada por ningún sindicato. La convocatoria corrió a cargo de la autodenominada "Plataforma de trabajadores del Sespa" o "SOS Trabajadores Sespa". De otro lado, hace un mes, cinco de las seis organizaciones sindicales con representación en la mesa de negociación del Principado apoyaron el nuevo modelo de atención a las urgencias en la red de centros de salud. Dieron el visto bueno SIMPA, SATSE, UGT, CC OO y CSIF; rechazaron el acuerdo Sicepa-Usipa.

Ayer, la secretaria autonómica del Sindicato de Enfermería (SATSE-Asturias), Belén García González, señaló que la manifestación del domingo fue "una nueva muestra del gran descontento de los profesionales de nuestra sanidad". En relación a las enfermeras y fisioterapeutas, la responsable del SATSE proclamó: "No nos cansaremos de repetir que estamos hartas, cansadas y decepcionadas y que la Administración debe reaccionar cuanto antes".

También el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) hizo pública una valoración de la movilización, protagonizada de manera mayoritaria –como se ha reseñado– por enfermeras y auxiliares de enfermería y con escasa presencia de facultativos: "Para nuestro sindicato, que unas 4.000 personas del ámbito sanitario de Asturias salgan a la calle a manifestarse contra el Sespa significa que hay un importante malestar entre estos profesionales", indicó la organización médica. Pero el SIMPA añadió dos matices. Primero: "Queremos remarcar que la iniciativa de esta movilización es ajena a las organizaciones sindicales y responde a intereses muy dispares, de índole político incluido". Segundo: si las negociaciones que están en curso con el Sespa no llegan a buen puerto, "nos descartamos ningún tipo de medida, incluida la huelga".

Respeto a los convocantes

Desde UGT, Tatiana Soto, secretaria de sector de Salud, hizo hincapié en que su sindicato "se congratula con la movilización conjunta de la ciudadanía y los trabajadores sanitarios en defensa de la sanidad pública". Soto expone el posicionamiento de la organización que dirige sobre la protesta: "Apoyamos todas sus reivindicaciones. UGT no participó en la organización de la movilización porque fue convocada por los trabajadores y propiciada por la mala gestión del Sespa. No obstante, UGT estará siempre para todo aquello en que les podamos ser de ayuda. Lo que nos apena es que un movimiento como este lo aproveche alguna organización sindical para, pancarta en mano, hacer campaña electoral sin respetar a los convocantes".

El sindicato CSIF Sanidad se manifestó por boca de su responsable, Felipe Piedra, quien aseveró que en la manifestación de anteayer "había afiliados nuestros a título individual, reivindicando las mismas mejoras que CSIF está trabajando en las mesas". En definitiva, "a nivel sindical estamos trabajando en los mismos puntos que reclamaban los participantes en la manifestación", precisó el portavoz de CSIF.

Desde Comisiones Obreras, Adrián Redondo señaló que "las reivindicaciones laborales son justas y la manera de conseguirlas es con presión, movilización y negociación, no existe otra manera". A su modo de ver, "las plataformas permiten visualizar problemáticas y concienciar, algo fundamental en la sociedad". Según Redondo, la sanidad vive una situación "agravada por la deficiente gestión por parte de las diferentes áreas".

Desde el sindicato Sicepa-Usipa, su portavoz, Graciela Martínez, señaló que la elevada participación no les ha pillado por sorpresa: "Llevamos tiempo denunciando los problemas de gestión de recursos humanos y económicos de las diferentes áreas sanitarias, la ausencia de posibilidad de conciliación y la falta de comunicación, flexibilidad y sensibilidad de mandos intermedios y coordinaciones".

También la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) se pronunció sobre la protesta del domingo: "Fue un éxito porque el nivel de desprecio por parte de los gestores hacia el personal ya tocó techo", expuso Javier Santamaría. A juicio de CSI, la plantilla sanitaria "ha llegado a su límite".

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