Quesería familiar con cien años de tradición

La quesería de La Peral celebra este año su primer siglo de vida. Esta empresa familiar, fundada en 1923, puede presumir de un estado de salud envidiable, y ya son cinco las generaciones que trabajan en ella.

En la actualidad, en la quesería se elaboran tres quesos azules: "Estrella La Peral", de leche pasteurizada de vaca; "Peralzola", de leche pasteurizada de oveja; y "Peñoceo", de leche pasteurizada de cabra. Todos estos productos se basan en la teoría de las tres "pes", interiorizada por la empresa: personalidad, presencia y precio.

La distribución de queso de La Peral ha crecido significativamente fruto del duro trabajo diario que realiza la familia, que ha conseguido que las elaboraciones de esta quesería ubicada en Illas lleguen a varios continentes. La quesería de La Peral se puede definir como una mezcla entre innovación y tradición, una empresa en la que intentan mejorar cada día, respetando el lado más tradicional de la profesión y adaptándose a las nuevas exigencias del consumidor actual. Esta ha sido la seña de identidad de La Peral y, a buen seguro, lo seguirá siendo durante muchos años más.

El tesoro más preciado de los Picos de Europa

El irrepetible queso Gamonéu es el resultado del buen hacer de los pastores y artesanos de Onís y de Cangas

El queso Gamonéu, se elabora artesanalmente en los concejos de Onís y Cangas de Onís, en pleno corazón de los Picos de Europa. Desde tiempos inmemoriales, los pastores de los Picos de Europa elaboran el queso Gamonéu; un producto de la tierra, fruto de la tradición milenaria que se transmite de generación en generación; un exquisito manjar, consecuencia del buen hacer artesano, del esmero cuidado del ganado y del medio incomparable de los Picos de Europa. El queso Gamonéu es el resultado del buen hacer de los pastores y artesanos elaboradores del queso. Tanto en el puerto como en el valle, aplican todos sus conocimientos y esmero para que resulte un producto incomparable. Destacar también que el Gamonéu, es un queso cuyos aromas, sabor, textura, color lo hacen sencillamente irrepetible.

Delicia culinaria que se disfruta con los 5 sentidos

El proceso de producción del Afuega’l Pitu requiere una cuajada lenta y un moldeado y salado totalmente manual

El queso Afuega’l Pitu es uno de los más antiguos y extendidos de Asturias, y no en vano, uno de los más populares. Varía en forma (Atroncáu o de Trapu) y en color (Blancu o Roxu). Este último con pimentón, que aporta mayor complejidad al degustarse. Cuando se prueba, sorprende. Por su textura única, pero sobre todo por su sabor láctico y ácido con toques de levadura, y una agradable sensación picante en el roxu. Singular es su pausado proceso de producción, cuajada lenta (de 15 a 20 horas) y un moldeado y salado totalmente manual que lo convierten en un queso único. La Denominación de Origen protege el escenario natural de articulación de este queso, en torno a los ríos Nalón y Narcea, los mayores de Asturias, junto con la sierra del Aramo.

Queso único que perdura en el paladar y la memoria

El Casín se elabora en los concejos de Caso, Sobrescobio y Piloña, amasándose con la máquina de rabilar

De origen milenario, el Casín es un queso elaborado de forma artesanal, al abrigo de las montañas del Parque Natural de Redes, cargado de historia y personalidad. Se elabora con leche entera y cruda de vaca, con la que se consigue un queso graso, madurado de forma uniforme, sin corteza, compacto, untuoso, de color amarillo cremoso y de intenso aroma. Un poco picante y con un largo retrogusto, es único en el mundo, tanto por su sabor como por su forma de elaboración, ya que es uno de esos pocos quesos que se amasan. Para ello se utiliza la máquina de rabilar, algo que lleva haciéndose «desde siempre». En las casas del centro de Asturias, especialmente en los concejos de Caso, Sobrescobio y Piloña, en los que centra su área de producción, nunca ha faltado. El Casín persiste en el paladar tanto como en la memoria pues en cada bocado, te transporta a tu origen. Sin duda, sigue sumando paladares de turófilos inconformistas que buscan intensidad e historia en un queso.