Sara García, biotecnóloga y astronauta: "Mi sueño es descubrir fármacos en la Estación Espacial Internacional"

"Se ha encontrado cáncer hasta en fósiles de dinosaurios", asegura la leonesa en la VIII Semana de la Ciencia "Margarita Salas"

Sara García, la astronauta que investiga contra el cáncer: "Mi sueño es descubrir fármacos en la Estación Espacial Internacional"

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: David Cabo

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

El "sueño ideal" de Sara García Alonso, primera astronauta española en la historia e investigadora oncológica, sería fusionar sus dos profesiones y "descubrir fármacos en la Estación Espacial Internacional". Lo confesó ayer, con una apasionada y didáctica conferencia que maravilló al público, en la VIII Semana de la Ciencia "Margarita Salas", que organiza LA NUEVA ESPAÑA con el patrocinio de Bayer, Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Asturagua, Unicaja Banco, Química del Nalón, Telefónica, Gilead, IEDUCAE, Fertiberia, Windar y el Ayuntamiento de Oviedo, y que está subvencionada por el Gobierno del Principado de Asturias.

Esta leonesa, con cierto aire futurista en su melena de color fuego, pronunció en la sala del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA su primera charla en Asturias desde que el pasado noviembre fue, junto al también leonés Pablo Álvarez, una de los 17 seleccionados –entre más de 23.000 candidatos– para formar parte del programa de la Agencia Espacial Europea (ESA). En su caso, como reservista. "Esto significa que dependo de que me asignen una misión", explicó, para iniciar su viaje al espacio. Pero hasta que eso ocurra, la doctora en Biología Molecular tiene otra gran misión en la Tierra: curar el cáncer de pulmón y de páncreas.

Pese a su juventud (33 años), Sara García es una investigadora de primer nivel. Una "gigante de la ciencia", como subrayó el coordinador de la Semana, Amador Menéndez, que se encargó de presentar a la ponente. Trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid, y el pasado año logró un hito: producir, en el laboratorio y en grandes cantidades, una proteína (la RAF-1) clave para vencer el cáncer de pulmón, y desvelar su estructura molecular. Tras cuatro décadas de estudio y "sin avances", García ha dado un gran paso para crear nuevos fármacos. En la actualidad, busca "bolsillos" –así los llaman– entre proteínas en los que se puedan encajar medicamentos. "Tenemos localizado ya uno de estos bolsillos", señaló. Pero el reto es todavía mayúsculo.

La científica, que se sirvió de símiles durante toda la conferencia para llegar al gran público, aclaró que ese "bolsillo" es algo así como el zapato de cristal perdido de la Cenicienta. Ahora tienen que encontrar el pie de la princesa de Disney para que encaje a la perfección en el tacón. El pie, en lenguaje médico, es el fármaco y, más en concreto, una molécula. En el mundo científico existen librerías de compuestos, con infinidad de moléculas. Sara García y su equipo han probado 46 millones de moléculas –o de pies, volviendo al ejemplo de la Cenicienta–, de las cuales han seleccionado 1.100 para estudiar in vitro. A esta velocidad –dentro de lo lento que va la ciencia–, "esperamos que en unos meses o en un año podamos dar el salto a los pacientes".

Pero vayamos al inicio del todo, a donde la biotecnóloga empezó su ponencia. "Qué es el cáncer?", preguntó al público. "No es una enfermedad –contestó rápidamente–. Son más de 200 enfermedades distintas, y hay que abordarlo como un conjunto muy complejo". Dicho esto, ¿el cáncer es reciente? En absoluto; "ya los egipcios lo conocían". ¿Y afecta solo al ser humano? Tampoco. "El único animal que no sufre cáncer es la rata topo desnuda. El resto, todos, hasta se ha visto en fósiles de dinosaurios".

Tras este rápido examen, la leonesa, que siente Asturias como su "segunda casa", se detuvo en cómo surge el cáncer. La respuesta, dijo, está en nuestras células y en cómo estas se dividen. "Cuanto más veces se dividan, más errores cometen. Es una enfermedad asociada al envejecimiento, y por eso, no podemos evitar que se desarrolle; lo que podemos hacer es ayudar. Pero como decía una antigua campaña del CNIO, es la lotería que más toca", reflexionó.

Hay muchos tratamientos contra el cáncer. Desde la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia hasta la inmunoterapia y la terapia dirigida. En este último campo trabaja la aspirante a viajar al espacio. De manera muy resumida, se trata de "encontrar fármacos que vayan directamente a las células cancerígenas (y no a las sanas) y las ataquen". Para desarrollar esos fármacos, primero hay que encontrar dianas terapéuticas sobre la que "tenemos que sacar todo nuestro arsenal".

Carrera de relevos

El equipo del bioquímico Mariano Barbacid descubrió hace 40 años un oncogén, de nombre RAS, que está presente en el 25% de todos los cánceres. A partir de ese hallazgo, surgió otro: el gen KRAS, que se comporta, según detalló Sara García, como una carrera de relevos. En cada puesto hay varios corredores, con sus suplentes, y la meta es decirle a la célula: divídete, divídete, divídete... El problema está cuando esa carrera nunca acaba y el mensaje es que las células se dividan sin parar. Barbacid pasó entonces a analizar a cada uno de estos corredores. Y después de diez años, recordó Sara García, se comprobó que eliminando al primer velocista, el RAF-1, los tumores de pulmón y páncreas desaparecían en ratones y, además, no causaban toxicidad. "Eso fue una revolución, un cambio de paradigma", subrayó la bióloga molecular.

Y ahí es donde entra ella en 2019. Para llegar a las farmacias, hay que producir RAF-1 en el laboratorio. "Se llevaba muchos años intentándolo. Fue bastante duro, pero en seis meses lo conseguí", afirmó. Y de Madrid se fue a Copenhague para utilizar un enorme microscopio de tres metros de altura y descifrar la estructura molecular de RAF-1. Para ello, se utilizó una computadora que requirió más de 100.000 CPU para "fotografiar" en 3D la proteína. O más aún: "El calor que necesitó fue el equivalente a la calefacción de un pueblo entero de Dinamarca durante una semana", agregó.

El interés que despertó Sara García con su charla fue palpable por la cantidad de veces que el público cogió el micrófono. La investigadora estuvo más de 45 minutos respondiendo a preguntas, algunas de ellas provenientes de voces expertas como Juan Luis Vázquez, catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid; o Rosa María Sainz, directora del Instituto Universitario de Oncología de Asturias (IUOPA). Fue en este momento cuando la leonesa aseguró que su "sueño ideal" sería unir sus dos profesiones y dedicarse a la investigación oncológica en el espacio. Ya hay algún proyecto en marcha en este sentido. Por ejemplo, el de organoides, el desarrollo de órganos en miniatura en el laboratorio. Se ha demostrado que en condiciones de microgravedad se podrían reproducir a mayor velocidad. "Podría ser yo la astronauta y a la vez la técnica que desarrolle la investigación. Esto sería un buen revulsivo para nuestro país. Pero dependo de la financiación que hagan. Intentaré presentar un proyecto al que no puedan decir que no", manifestó.

Por ahora, su viaje al espacio no tiene fecha. De los 17 seleccionados por la Agencia Espacial Europea, solo 5 son astronautas de carrera –entre ellos, el español Pablo Álvarez–; esto es, tienen una misión asignada. "Las oportunidades de vuelo en Europa son pocas. No hay vuelos tripulados, así que dependemos de que haya hueco en las naves de la NASA", aclaró. Aun así, Sara García sueña con que llegue ese día.

Nada de miedo al espacio

–¿Cuando vayas al espacio, tendrás miedo? –preguntó un asistente.

–Cuando esté en una nave espacial, a punto de salir, lo que sentiré es una emoción inmensa por ver lo que hay allí fuera. Y eso superará cualquier miedo.

Desde que hizo historia al convertirse en la primera astronauta mujer del país –anteriormente a ella y a Pablo Álvarez, solo hubo un astronauta español, Pedro Duque–, la vida de Sara García apenas cambió. "Se ha visibilizado más el trabajo que hago yo, el del CNIO... Y ya está. Sigo echando mil horas en el laboratorio", apuntó entre risas. Como científica, García afirmó que le da "pena" que el sistema fuerce a "currículums tremendamente excepcionales" y que los investigadores "estén en la sombra, ganando salarios que son una vergüenza".

La investigadora es "inquieta" y soñó con ser muchas cosas de pequeña, pero en verdad nunca tuvo clara su senda. Porque, dijo, "no hay un camino perfecto". Así que su consejo para los jóvenes es "perseguir lo que os motive y os haga felices". Eso hizo ella y llegará muy lejos, hasta la Luna esperemos que pronto. 

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