Casi 4.800 estudiantes empiezan en Asturias la EBAU "fácil y empollona", que desaparecerá el año que viene

"La prueba de acceso a la universidad necesita un cambio", coinciden los últimos bachilleres en enfrentarse a la selectividad actual, que arrancó esta tarde con los exámenes más temidos: Lengua e Historia

4.800 alumnos se enfrentan desde hoy en Asturias a la última EBAU Covid: "La prueba de ahora está demasiado enfocada a empollar"

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Luisma Murias

M. G. S./G. C./I. G./T. C.

Esta información ha sido elaborada por Mónica G. Salas (Oviedo), Gabriel Cuesta (Gijón), Illán García (Avilés) y Tania Cascudo (Tapia de Casariego)

Con «nervios», con «miedo» a enfrentarse al examen de Historia y con la creencia de que la EBAU necesita «un cambio». Así empezaron en Asturias, a primera hora de la tarde de ayer, la prueba de acceso a la universidad un total de 4.769 bachilleres, 362 más que el año pasado. «Hoy es el día más difícil. Quitando Lengua e Historia, se acaba lo más duro», aseguraron a la entrada de las dieciséis sedes en las que se desarrollará el examen hasta el jueves. Son los últimos estudiantes que harán la selectividad tal y como la conocemos, y son los últimos también que harán el modelo fácil de examen con más preguntas a elegir, implantado en 2020 a raíz de la pandemia. A partir del año que viene, se caminará hacia una nueva EBAU, más competencial y menos memorística, que deberá estar totalmente instaurada en 2028. «La prueba de ahora está demasiado enfocada a empollar», manifestaron. 

«No sabemos si por ser el último examen así será más fácil o más difícil, pero agradecemos que nos haya tocado esta prueba», confesaron Sara García, Aroa Lera, Elia Álvarez y Andrea Rebollo, alumnas del IES Universidad Laboral de Gijón, en la sede del campus del Milán de Oviedo. Las cuatro sienten «presión» por el aumento de las notas de corte desde la pandemia y sostienen que la EBAU necesita «un cambio». «No es justo que en otras comunidades el examen sea más fácil. Por ejemplo, en Murcia el examen de Historia es de rellenar huecos», comentaron. 

Eva García, del mismo instituto, no cree que ahora acceder a la universidad sea más fácil que antes. «La EBAU es más fácil, pero las notas de corte están muy altas, con lo cual al final es lo mismo», reflexiona. García, que quiere estudiar Magisterio, apuró los últimos minutos antes de la prueba rodeada de compañeros con apuntes en las manos. Entre ellos, Gloria María Fernández: «Llevo un mes estudiando muy duro. Lo malo es Historia. Quitando ese examen, nos quitamos un peso de encima». Izan Cuervo, otro estudiante del IES Universidad Laboral, cree que el examen de Fundamentos del Arte le salvará: «Es el último año que lo habrá y todos los profesores nos dicen que levantarán la mano». 

Elena Lara Alonso, del IES Cuenca del Nalón, llegó a la sede del Milán «con un poco más de nervios». «Verlo cerca impresiona... Todo el mundo te dice que es el examen más importante», dijo. Y el gran día llegó. Aspira a estudiar Bellas Artes en Salamanca, donde piden «un 9,70». 

En Avilés, en el IES Carreño Miranda se examinó Elena García, del colegio San Fernando. Opina como el resto de compañeros que la EBAU «necesita un cambio»: «Es excesivo que todo lo de teoría sea en un día». Claudia Alas, del San Fernando, es de la misma opinión: «La EBAU debería orientarse más a razonar y no tanto a empollar sin sentido porque al día siguiente no te acuerdas de lo que estudiaste». «La EBAU está demasiado enfocada a empollar, que es todo muy teórico pero en realidad está bastante bien y en nuestro centro salimos bien preparados y eso es lo que importa al fin y al cabo», expresó Cristina Gago, del mismo centro. «Salimos bien preparadas del centro, tenemos que memorizar mucho porque hay mucha teoría, pero creo que nos preparan bien», manifestó en la misma línea Celia Fernández.  

Hugo Fernández, alumno del IES Nº5 de Avilés, va más allá y cree que la selectividad debería ser igual en todas las comunidades. «La EBAU quizá necesita un cambio porque estudiar para jugártela todo a un día es un poco complicado», señala María Fernández, del mismo centro. «La EBAU sí necesita un cambio. Nunca hemos hecho un examen como estos, porque son más largos y vamos todos a una, y no me parece justo que se juegue todo a un examen porque puedes ponerte nervioso, enfermado las semanas anteriores... Personalmente no salgo bien preparada del IES porque retengo y luego se me va, necesito volver a estudiarlo todo en dos semanas y es muy poco tiempo», comenta Gloria Povedano. «El hecho de jugártelo todo a un examen me parece injusto porque no premia el esfuerzo anterior del curso», apostilló Lucas García. 

También cientos de estudiantes esperaban con nervios a acceder a las aulas de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. Bajo un sol radiante, echaban un último vistazo a los apuntes o charlaban con sus compañeros para rebajar la tensión. Pelayo Casas, alumno del Codema, busca estos días conseguir una exigente nota de corte para el doble grado de Matemáticas y Física que se imparte en la Universidad de Oviedo. «La EBAU es un obstáculo necesario para medir nuestras capacidades, aunque creo que se memoriza demasiado y no mide adecuadamente la madurez», señaló. No obstante, Casas incidió en que la EBAU es «solo una prueba» y que «lo importante es lo que se haya trabajado durante el bachillerato». «El problema del debate sobre unificar las pruebas entre comunidades autónomas es que en el trasfondo están los programas académicos de cada comunidad, no las preguntas del examen en sí», concluyó.  

En la misma línea analizó la prueba Inés Vázquez, del colegio La Inmaculada, que busca acceder a Medicina. «Está muy difícil. Además de las troncales, haré los exámenes de Biología y Química», adelantó. Bajo su punto de vista, el problema de la actual EBAU es que «no tiene sentido cómo se bareman las competencias». «Se le da la misma importancia para todos los grados en cuanto a puntuación a materias que, dependiendo del campo, pueden ser relativas», ahondó. Vázquez consideró que su generación, la última que realiza este ‘examen Covid’ a la espera de una reformulación de la EBAU, «sale igual de bien de preparada» que las que no se han topado con la pandemia. Una opinión que también comparte Casas: «Al final, hemos tenido acceso a todos los medios necesarios para estudiar». 

Quien tuvo una visión diferente es Efran Fernández, del IES Calderón de la Barca: «Creo que la prueba de acceso ahora es menos exigente que antes; ahora casi todo el mundo aprueba con buena nota». Eso sí, consideró también que los baremos deberían adaptarse en mayor medida a la carrera que se desee cursar. «No puede contar lo mismo algunas asignaturas si quieres hacer medicina o filología. Y tampoco es justo que cada comunidad tenga una prueba diferente cuando los alumnos pueden presentar su matrícula a universidades de otras regiones», zanjó este estudiante que busca entrar en el grado en Ingeniería Informática en Tecnologías de la Información. 

Un total de 160 alumnos comenzaron ayer sus exámenes en el campus de Mieres (Barredo). Son los futuros universitarios de Mieres, Aller y Lena. El arranque de la EBAU se vivió con aparente optimismo en las Cuencas. «La verdad es que confiamos en que todo resulte más sencillo de lo que parece. Amigas que ya han pasado por esto en ediciones anteriores nos aseguran que al final no es para tanto y que es más sencillo de lo que parece», señaló la mierense Carmen Farray poco antes de ser llamada para entrar en el aula. Aún con ilusión, los nervios no dejaron de estar presentes al acceder a la antesala de la formación universitaria: «Prefiero no hablar ni con los compañeros, ya que tengo la sensación de que se me va a olvidar todo de golpe», apuntó Daniel García. María Campos estaba muy concienciada antes de iniciar las pruebas: «Es bastante injusto tener que jugarte parte de tus aspiraciones personales en tres días», indicó. Y añadió: «Tenemos la ventaja de tener el modo covid y podemos jugar con los bloques y las constituciones, pero no deja de ser mucha información. Es muy fácil tener un descuido y que se olvide parte del contenido». Su compañero del instituto Bernaldo de Quirós de Mieres, David Montañés, también lo tiene claro: «La estructura de la EBAU no deja de ser un reflejo de un sistema educativo que tiene mucho margen de mejora. Se puede interpretar como un proceso burocrático que no aspira realmente a examinar los conocimientos adquiridos durante el bachiller. Espero que los cambios que se aborden el año que viene conlleven un avance real». A las tres y media de la tarde comenzaron los exámenes. «Es increíble que ahora entren todos en un aula. Las cosas ya no son como antes», remarcaba un profesor universitario, que ayer acompañó a su hijo, haciendo referencia al descenso del número de estudiantes que se viene registrado en los últimos lustros, en gran parte debido al imparable descenso de la natalidad.

Jairo Reigosa, vecino de La Caridad, llegó puntual al instituto Marqués de Casariego, de Tapia. Es uno de los cuarenta y dos estudiantes del centro tapiego y del Elisa y Luis Villamil, de Vegadeo, que se examinan en este centro, una de las tres sedes de la EBAU en el Occidente (también hay pruebas en Luarca y en Cangas del Narcea). Este joven se confiesa con «presión y nervios», aunque cree que no tendrá problemas para alcanzar la nota que necesita para cursar estudios de Química. 

Considera Reigosa que las pruebas necesitan un cambio porque ahora «meten demasiado de estudiar». La docente Eva Pérez, del instituto veigueño, coincide con este estudiante: «Creo que se debe dimensionar la parte memorística y darle más peso a la competencial. En Lengua, por ejemplo, se le da mucho peso a la sintaxis y menos al análisis crítico de un texto», señala la profesora que acompañó al grupo de Vegadeo. «Creo que vienen bien, nerviosos como siempre», apunta.

Los de Tapia estuvieron acompañados por la profesora Azucena García, que también considera que hay materias en las que se prima en exceso la memorización. «Lo que es importante es que sean capaces de coger un texto, analizarlo y hacer un análisis crítico y no tanto hacer una relación de obras de autores que ni siquiera han leído», apunta. Esta docente reconoce que no es fácil cambiar la EBAU y, sea cómo sea la nueva fórmula, pide que sea un modelo en el que los chavales «sepan a qué atenerse».

En general, todos llegaron al examen compartiendo nervios y la presión de lograr buenas notas. El examinador que les fue llamando uno a uno para entrar al salón de actos trató de quitar hierro al asunto y les sacó alguna que otra sonrisa: «Va a ir todo muy bien, tranquilizaos, que hay tiempo de sobra».

El examen que abrió la EBAU en Asturias fue el de Lengua Castellana y Literatura a las 15.30 horas, y en el que "cayó" Manuel Vicent. Hoy habrá una prueba más: la de Historia de España. La selectividad se está llevando a cabo a la vez en dieciséis sedes de Oviedo, Gijón, Avilés, Mieres, Langreo, Ribadesella, Cangas del Narcea, Luarca y Tapia de Casariego. Tres estudiantes están realizando el examen en las aulas universitarias del HUCA. 

De las 16 sedes establecidas por la Universidad de Oviedo, la más grande fue el campus del Milán, donde estaban convocados 593 estudiantes. L a más pequeña fue Tapia, con 42.

Como consecuencia del modelo de examen covid, en los últimos años se han disparado el número de aprobados. Desde 2020, la EBAU no ha parado de batir récords en el Principado. En junio de 2022, el 96,67% de los estudiantes que hizo la prueba (más de 4.000) la superó con una nota media de 7,639. Fue el porcentaje de aptos más alto de la historia, pues en 2021 (que se ya había tocado techo) hubo un 96,41% de aprobados. En julio pasó otro tanto de lo mismo, con un 81,05%. Según las estadísticas del Ministerio de Universidades, Asturias fue en 2022, empatada con Galicia y Aragón, la quinta comunidad con nota media más alta de los alumnos aprobados en la fase general: un 7,8. Y fue la tercera con más porcentaje de sobresalientes: un 24,2%.

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