Los hosteleros asturianos piensan a lo grande otro año más para diseñar sus pinchos y tapas de concurso

Es un pincho una "porción de comida tomada como aperitivo, que a veces se atraviesa con un palillo". Y una tapa, una "pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida". Así define la Real Academia Española a ambos bocados, protagonistas de aquí al próximo domingo del XIV Campeonato de Asturias, en el que participan medio centenar de establecimientos repartidos por todo el Principado.

Pero no hay que equivocarse. El hecho de que tanto el pincho como la tapa sean pequeños es problema para que su diseño y elaboración se piensen a lo grande. Porque los hosteleros participantes en el concurso han echado su imaginación a volar y realizado un gran esfuerzo para que esos pequeños bocados sean una gran explosión de sabor en la boca. No hay límite de ingredientes ni formatos, así que las opciones son infinitas, más si se echa mano del siempre tan rico producto asturiano.

El certamen afronta su primer fin de semana y la clientela ya ha tenido oportunidad de probar algunas de las propuestas, bien al aperitivo, bien a eso de media tarde. En Oviedo –donde están 16 establecimientos de los 50 participantes– hay unanimidad entre los comensales sobre la calidad de las propuestas. Es el caso del "Bocadito de Bacalao" del restaurante El Tizón, que conquistó a clientes como Eva Cachero, quien, acompañada de su padre, Emilio, y su tío Julio, se quedaron sin palabras tras meterse entre pecho y espalda esa base de patatas panadera, bacalao braseado con toque de horno, pimientos del piquillo y pil pil. "Buenísimo", indicaron sobre una tapa inspirada en uno de los platos más emblemáticos del establecimiento desde hace más de 30 años, ofertada a 2,50 euros la unidad. En el Bodegón de Teatinos, del barrio ovetense del mismo nombre, Marta Prieto y Herminio González se animaron con el pincho "Del mar y del gochu", elaborado por el establecimiento dirigido por Miguel Ángel de Dios. La elaboración, a base de chipirón, callos de pulpo, uñitas de cerdo, oreja de cerdo y lacón, dejó a ambos encantados con el sabor de un aperitivo vendido al público por tres euros. "Está riquísimo", coincidieron.

Pero en Gijón no se quedan atrás. De hecho, casi la mitad de los restaurantes y bares que compiten en el concurso están en la ciudad: un total de 23. Hay mucho sabor y buena mano en la cocina de todos. En el Mamaguaja consiguen teletransportar al comensal de un bocado al bosque con su propuesta "Seronda". Se trata de un trampantojo de una seta compuesta por un pan bao relleno de un guiso meloso de pitu de caleya y setas de temporada en las que se nota el regusto a kimchi, soja, sésamo y vino blanco. Su precio es de tres euros, cinco con consumición. Un viaje gastronómico imperdible al monte. En los fogones de otro clásico, La Montera Picona, han apostado por el elemento gastronómico más identitario de Asturias. Su aspecto recuerda a una manzana asada, pero nada tiene que ver su interior. En su "Manzana asturiana", la variedad regina ejerce de "cazuela" para una crema de castañas con pitu de caleya que busca reflejar la cultura sidrera. A 3,5 euros.

Los pinchos participantes, con sus precios y datos de interés, pueden consultarse en la web asturiasdepinchos.com.

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