El kamikaze de la AS-II hizo el trayecto a enorme velocidad, según los primeros cálculos

El kamikaze de la AS-II, que perdió la vida este sábado y causó la muerte de otra conductora en su recorrido en sentido contrario por la autovía, superó "ampliamente" la velocidad permitida, según arrojan las primeras investigaciones. La carretera, que conecta Gijón con Oviedo, tiene tramos de 80, 90 y 120 kilómetros por hora. En algunos de ellos, principalmente en los túneles, el moscón Alberto Fernández Reigada, "Beto", llegó a doblar los límites de velocidad. Aun así, quedan muchos interrogantes por resolver en torno al brutal accidente. Las pruebas toxicológicas que se le practicaron al causante del siniestro aportarán algo de luz en medio de tanta oscuridad.

Si Beto Fernández pudo ir bebido o drogado para cometer semejante carrera es una de las preguntas que se hace hasta su entorno más cercano. La tragedia se empezó a mascar sobre la una y veinte de la madrugada del sábado, cuando la Guardia Civil recibió la primera llamada de alerta: una furgoneta (Dacia Dokker) está circulando en sentido contrario desde Gijón. El kamikaze cambió de carril muy al inicio de la carretera y en una rotonda un tanto compleja, la de Cañamina, con semáforos y medianas.

A partir de ahí, condujo paralelo a los concesionarios de coches hasta llegar a la llamada rotonda del Marieva Palace, que también parece que tomó en sentido contrario. No se paró en ningún momento y eso a pesar de que se cruzó hasta con una veintena de vehículos, que pudieron esquivarle por suerte. Algunos lo hicieron muy por los pelos, como un taxista, al que raspó por el lateral. Así recorrió 23 kilómetros hasta que, casi llegando a Oviedo, un choque frontal con un coche le detuvo. Era el Toyota Auris de Purificación Ramos Villagrasa, que venía de cenar con la familia en Oviedo y dirigía a su casa en Gijón.

El terrible impacto se produjo en el kilómetros 0,700 de la AS-II, en la zona de Pando, muy cerca de la rotonda de Luis Oliver, a la entrada de Oviedo. Como consecuencia de la colisión, los dos conductores fallecieron –todo indica que en el acto– y sus vehículos quedaron literalmente destrozados. Puri Ramos viajaba con su inseparable perra "Lara", que sobrevivió al accidente, aunque ahora se debate entre la vida y la muerte. El trágico accidente ha partido en dos a las familias de Beto y Puri, cuyos cuerpos fueron ayer incinerados. Familiares y amigos despidieron a Puri con profundo amor en el tanatorio Los Arenales de Oviedo, mientras que los seres queridos de Beto celebrarán hoy en Grullos su funeral. En medio de tanto dolor, las investigaciones continúan.

Los agentes tratan de averiguar todas las circunstancias que rodearon al siniestro. Para ello, se han tomado muestras biológicas al kamikaze, con el objetivo de determinar si había consumido alcohol o algún otro tipo de sustancia estupefaciente. Asimismo, los especialistas del Instituto Armado tratan de determinar con exactitud la velocidad de los vehículos. En principio, no se han observado en la zona rastros de frenada, lo que dificulta el cálculo de la velocidad, así que los agentes utilizarán como alternativa una técnica basada en los daños observados en los vehículos accidentados. Según las primeras averiguaciones de la Guardia Civil, los dos conductores hacían uso del cinturón de seguridad.

Sí parece claro que, en el momento del accidente, apenas había tráfico en la AS-II, una vía de por sí mucho más desahogada que la autopista "Y", que en condiciones normales es la que debía haber tomado Beto para llegar a Grado. También parece claro que Purificación Ramos no tuvo ninguna oportunidad de evitar el choque. La colisión ocurrió justo cuando la maestra iba a entrar en el primer túnel de la AS-II, el situado a la altura de Pando. La furgoneta del kamikaze salía en ese instante del túnel y se le echó encima, sin tiempo para pegar un volantazo y salvarse.

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