La térmica de La Pereda podrá quemar el combustible de la basura a partir de 2025

La instalación de Hunosa, con las reformas adjudicadas, logra permiso ambiental y opta ya a parte del CSR de Cogersa para uso experimental

La central térmica de La Pereda.

La central térmica de La Pereda. / Vicente Montes

Vicente Montes

Vicente Montes

La central térmica de La Pereda, propiedad de Hunosa e instalada en Mieres, cuenta ya con el permiso ambiental para poder utilizar como combustible secundario el CSR, el material derivado de la bolsa negra de basura y que puede incinerarse para producir electricidad. Al tiempo, la hullera adjudicó el proyecto de obra y transformación de las instalaciones para que puedan dejar de utilizar el carbón como combustible primario. El plazo de ejecución será de 19 meses.

No obstante, La Pereda ha presentado una oferta para optar ya a utilizar parte del combustible que Cogersa extraerá de la bolsa negra de basura. El consorcio de gestión de residuos cerró ayer a las dos de la tarde el plazo para recibir ofertas de empresas interesadas en hacerse con parte de las 160.000 toneladas de combustible (CSR) que se producirán a lo largo del próximo año en la planta de tratamiento de la basura bruta, que lleva ya semanas en funcionamiento. También mostró interés en la licitación la fábrica de cemento del Grupo Masaveu en Aboño.

Aunque La Pereda no podrá operar como central térmica de biomasa y CSR hasta, probablemente, el horizonte de 2025, fuentes de la hullera señalaron que sí se puede utilizar el combustible de la basura para proyectos de investigación, concretamente los que se desarrollan en la planta piloto de captura de dióxido de carbono, en colaboración con el CSIC.

Inversión de 37 millones

El consejo de administración de Hunosa dio luz verde al contrato de redacción del proyecto y ejecución de la transformación a la biomasa de La Pereda. Las tareas han sido adjudicadas, por un importe de casi 37 millones de euros, a la unión temporal de empresas formada por Moncobra y Maetel, que desarrollará los trabajos en 19 meses. "La adjudicataria presentó la oferta más competitiva de las dos recibidas tanto en términos económicos como en plazo de ejecución y solución técnica", destaca Hunosa.

Los 19 meses de ejecución son dos meses menos que los exigidos en el pliego de condiciones y la ejecución se rebaja en más de 600.000 euros respecto a la licitación. Moncobra, con más de 30 años de actividad, tiene a sus espaldas una larga trayectoria de realización de proyectos tanto en centrales térmicas de carbón como en centrales de biomasa y tiene una "histórica implantación en Asturias". Maetel Instalaciones, tiene más de 25 años de experiencia en la gestión y ejecución de proyectos llave en mano, principalmente en generación renovable.

Hunosa destaca que esta transformación de La Pereda se enmarca en los objetivos de consolidar la viabilidad de la hullera, con una garantía de continuidad para un horizonte de 20 años.

La biomasa se convertirá en el principal combustible de la instalación, y la central térmica sólo podrá utilizar un porcentaje máximo del 10 por ciento de CSR en el volumen total de su combustible, lo que sitúa la capacidad de consumo de este derivado de la basura en unas 40.000 toneladas. Representa la cuarta parte de la cantidad total de este material que producirá Cogersa.

Críticas

La autorización ambiental para que La Pereda pueda utilizar el CSR como combustible desató ayer las primeras críticas. La diputada Covadonga Tomé, elegida por Podemos, denunció que La Pereda será "una incineradora encubierta". "En el momento en el que se permite la quema de residuos, da igual el nombre que le quieran poner", señaló. La parlamentaria aseveró que "la quema de este CSR supone un riesgo para la salud de las personas. Estamos hablando de la incineración de distintos tipos de basura, incluidos plásticos, con las consiguientes emisiones al ambiente". Tomé mostró su "decepción" por que el Gobierno regional dé la espalda a las protestas de los vecinos al respecto, y aunque admitió que la gestión de los residuos de la bolsa negra "no es un asunto fácil" la salida no puede ser "la más dañina para la ciudadanía".

También la Coordinadora Ecologista apuntó que "los estudios científicos avalan que la incineración de residuos como los proyectados es una fuente importante de contaminación atmosférica" y se liberan a la atmósfera "gases tóxicos peligrosos", según indicó Fructuoso Pontigo.

No obstante, la autorización ambiental señala que las instalaciones deberán cumplir las exigencias de emisiones que establece la ley y, además, que deberá acreditar la correcta gestión de las cenizas. Aunque la empresa elaborará una declaración responsable de que cumple los requisitos, antes de los dos meses deberá someterse a examen de un organismo de control.

Suscríbete para seguir leyendo