La crisis de natalidad se agudiza: casi 3.000 nacimientos menos en 12 años

La última actualización encamina 2023 hacia las peores cifras de la historia, con 12 partos al día

Gota a gota y sin parar, Asturias ha rebajado su recuento anual de nacimientos en cerca de 3.000 en sólo doce años. Con la cuenta de 2023 actualizada al mes de noviembre, el pasado año consolida su posición como el menos pródigo en alumbramientos de una serie histórica decreciente que va camino de cerrar el cuarto ejercicio consecutivo por debajo de 5.000 partos y, si nada lo remedia, el peor de la historia. La actualización de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) cuenta 4.204 hasta noviembre, 117 menos que en el mismo periodo de 2022, 176 menos que en 2021, 236 por debajo de 2020, y así sucesivamente hasta que la resta llega a rondar los 3.000 si la comparación retrocede hasta los 7.156 de no hace tanto, de enero a noviembre de 2011. Poco a poco, la merma de asturianos autóctonos ha sustituido la media de más de 21 nacimientos al día del inicio de la segunda década del siglo por los apenas doce de estos comienzos de la tercera y ha ido prolongando mes a mes la debilidad del gran talón de Aquiles de una demografía que vive en grave crisis de natalidad al menos desde mediados de los años ochenta del pasado siglo.

La cifra no ha dejado de retroceder desde el punto de inflexión de 2011, último año de leve repunte en una curva que cae con altibajos pero de forma constante desde entonces. Los escasos 4.000 del último recuento actualizado a noviembre sólo reciben una capa de maquillaje, en términos de pérdida demográfica, gracias a la moderación de la mortalidad. Junto a la resta de 117 nacimientos respecto a la cuenta de hace un año también quedan registradas 845 defunciones menos, en total 11.802 que pasan por ser la cifra más baja en el periodo desde 2019 y confirman la superación del pico de la pandemia.

Eso modera la pérdida de población por motivos vegetativos –por la mera diferencia entre los alumbramientos y las muertes, a falta de incorporar el efecto corrector de los saldos migratorios– y hace que la de este año sea por el momento inferior a las de los tres anteriores. Los 7.598 habitantes que se ha dejado Asturias por estas razones entre enero y noviembre –a una media de casi 28 al día– reducen notablemente los de 2020 (8.714), 2021 (7.672) y 2022 (8.326), años de fuerte hinchazón de la mortalidad, pero superan todos los datos anteriores de la serie. De todas formas, las últimas actualizaciones de la población total dan fe de la capacidad de compensación de las migraciones: el Principado ha batido su récord de residentes nacidos en el extranjero y eso ha empujado al alza su censo, con un resultado positivo de los intercambios migratorios en unos 10.000 habitantes que rebasa los 9.000 perdidos por motivos vegetativos en 2022.

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