Condenan al Sespa por tardar en operar a un bebé en el HUCA por los protocolos covid

La cirugía urgente que se debía hacer al niño se demoró cinco horas, hasta resolver la prueba del virus, lo que obligó a extirparle un testículo

Vista del HUCA desde La Corredoria (Oviedo). | LNE

Vista del HUCA desde La Corredoria (Oviedo). | LNE / Pablo Álvarez Sandra F. LombardíaS. F. L. / P. Á.

A. Rubiera

A. Rubiera

23 de junio del 2020. Asturias llevaba confirmados ese día 2.435 casos de covid y contabilizados más de 1.100 pacientes hospitalizados por el virus. Los hospitales estaban casi blindados a la entrada de pacientes y se intuía que los protocolos, obligados por la situación, podían acabar teniendo sus efectos diabólicos. Uno de esos efectos lo sufrió un bebé de poco más de un mes que es día, el 23 de junio, ingresó en urgencias del HUCA a las nueve de la mañana. Llevaba dos horas con llanto ininterrumpido y solo hacía unos días, en la revisión del mes de vida en su centro de salud, habían detectado que sufría de "criptorquidia", el trastorno derivado de un testítulo no descendido al escroto.

En urgencias se le aprecia una tumoración en la zona inguinal y el niño sigue llorando. A las doce de la mañana una ecografía confirma que el bebé sufre "una hernia inguinal derecha con signos de sufrimiento". Se le valora para cirugía y se coge un exudado para hacerle la prueba del covid. Ni el niño ni su familia tienen signos de padecer covid, y la madre asegura que no ha tenido contacto con ningún enfermo ni sospecha de covid en las últimas horas.

El niño ingresó en planta a las dos de la tarde con la indicación de que debía hacérsele una cirugía urgente, pero la prueba de covid no llegó hasta las 19 horas. Para cuando el bebé ingresó al quirófano, su testículo derecho ya está necrótico y hubo que extirparlo. Esas cinco horas de demora por una prueba "que se antojaba innecesaria" y que según su familia "derivó en la pérdida del testítulo" llevó a la madre del bebé a denunciar al Sespa por "por la pérdida de oportunidad que supuso la tardanza en la intervención quirúrgica".

Los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Asturias han dado la razón a la madre y conceden una indemnización para el pequeño de 15.000 euros, a cargo del Sespa y su aseguradora. Entienden los magistrados que no hubo mala praxis en la actuación médica en cuanto a la atención quirúrgica prestada, pero sí que valoran que se debe indemnizar a la familia por "la pérdida de oportunidad" en relación con la demora en la intervención.

"Desde que el menor ingresa en planta, pasadas las 14 horas, no se interviene hasta más de cinco horas después por la espera en recibir la prueba covid, prueba que a la vista de las circunstancias concurrentes en aquel momento, dada la corta edad, así como la inexistencia de síntomas o contactos con covid, se revelaba escasamente probable", dice la sentencia. Y, como recuerdan los jueces, es sabido por los especialistas que "la torsión testicular tiene pronóstico de salvación del testículo en las primeras horas pero decae pasadas estas".

Para los magistrados, es cierto que se siguió el protocolo respecto al covid existente en el momento de los hechos, pero entienden que debería haberse forzado una ecografía para ver cómo estaba el testículo –no se hizo porque, según se registró, el llanto del bebé lo impedía– y así determinar la existencia del problema y su grado de riesgo. Pese a que la familia pedía una indemnización de más de 67.000 euros por mala praxis y pérdida de oportunidad, el tribunal entiende que debe reducirse a 15.000 euros por esa pérdida de tiempo.

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