Récord de alojamientos en Asturias gracias al auge de los pisos turísticos: ya superan a todo el sector hostelero

Siete concejos tienen más camas para turistas que habitantes

Récord de alojamientos en Asturias gracias al auge de los pisos turísticos: ya superan a todo el sector hostelero

Récord de alojamientos en Asturias gracias al auge de los pisos turísticos: ya superan a todo el sector hostelero

Con la demanda disparada hasta niveles desconocidos, el turismo asturiano también amplía, pero sobre todo diversifica, los márgenes y las dimensiones de su oferta turística. La disponibilidad de plazas de alojamiento colectivo en Asturias alcanzó al cierre de 2023 su máximo histórico a lomos del auge de los pisos turísticos. La capacidad de casi 115.000 personas que alcanzaron los establecimientos de la región el año pasado configuran un tope no alcanzado en un territorio que en los últimos años ha adquirido la costumbre de batir récords de visitantes en casi todas las actualizaciones, pero la plusmarca admite también mucha casuística en el desmenuzado interno por modalidades de hospedaje.

El resumen, de acuerdo con el análisis recién divulgado por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), ve crecer levemente el número de hoteles, aunque con registro total de camas que ha decaído de forma sutil en los últimos recuentos, y engordar las variedades del turismo rural hasta volver a batir su propio récord, pero sobre todo constata la evolución disparada de las viviendas vacacionales y de uso turístico.

La oferta de esta nueva especialidad de alquiler del alojamiento privado para el turismo, que tiene en proceso una reforma de su regulación legal, tocó techo en 2023 con más de 29.500 plazas donde apenas había 2.000 en 2015, justo antes de la promulgación del decreto que las ordena en Asturias, y ahora ya aporta una de cada cuatro camas para turistas disponibles en el Principado. Antes de multiplicarse por catorce en ese periodo de menos de un decenio, su proporción dentro de la oferta global del sector era de un escaso 2,5 por ciento, así que las cifras dejan a la vista su crecimiento explosivo y particularmente intenso de 2018 en adelante, o de las 8.500 plazas de aquel año a las cerca de 30.000 de 2023.

En la estadística de Sadei, la capacidad del hospedaje disponible en Asturias apenas ha dejado de progresar desde el inicio de la serie histórica, en 2006. De 2010 a aproximadamente la mitad de la década pasada, la crisis hinchó la cifra al ralentí. Más o menos a partir de 2018, pandemia incluida, el ritmo de avance se avivó notablemente hasta alcanzar en los dos últimos ejercicios incrementos de más del cinco por ciento pocas veces vistos en este siglo. Queda dicho que la poderosa irrupción de las viviendas vacacionales y de uso turístico en la oferta del sector tiene mucho que ver en la pendiente ascendente de una cifra cuya suma total ha ganado más de 45.000 unidades desde la mitad de la primera década del siglo, para un nivel de ascenso que rebasa el 65 por ciento en el periodo estudiado. Tanto han crecido las nuevas modalidades que en 2023, por primera vez, la estadística da más plazas en pisos turísticos (29.531) que en la suma de hoteles, hostales y pensiones (28.894).

Desglosando el total por modalidades de alojamiento, el número de establecimientos hoteleros –791– supera el número previo al golpe de la pandemia y avanza lentamente hacia el pico de 859 que marca 2009, en vísperas de la caída de la crisis económica. Su número de plazas lleva dos años en leve descenso, pero sin alejarse demasiado de las pocas más de 30.000 del techo histórico de 2012. En la misma línea ascendente sostenida, el turismo rural asturiano se acerca más que nunca a los 2.000 establecimientos, situando el nuevo máximo histórico en 1.922. Cumpliendo una media aproximada de diez plazas por local, también las 19.177 del último ejercicio contabilizado son la cota más alta de la serie estadística.

Las casi 115.000 camas de alojamiento a disposición del visitante salen a un promedio de aproximado de 114 por cada mil habitantes con una muy significativa disposición desigual sobre el mapa. Los tres municipios mejor nutridos de una lista en la que manda Llanes (20.091) por delante de Gijón (14.540) y Oviedo (8.734) acumulan juntos casi cuatro de cada diez plazas. Al acercar la lupa, no obstante, se ve que la capital ostenta el liderazgo de los hoteles, con capacidad para 5.336 personas, que Gijón acumula casi una de cada cuatro plazas en viviendas vacacionales y de uso turístico –con un recuento total que supera las 7.000, por las más de 5.000 de Llanes– o que el municipio oriental manda en el turismo rural –2.375 plazas– por delante de Cangas de Onís y Villaviciosa y en el de camping, con más de 7.000.

La distribución territorial sirve también para descubrir en el mapa de Asturias siete concejos con más camas de alojamiento que habitantes censados. Cinco se arremolinan en el extremo oriental de la región –Llanes, Ribadedeva y Caravia en la costa, Onís y Cabrales en el interior– y Somiedo y San Tirso de Abres completan la lista con dos pinceladas al occidente. Aquí se percibe la inflación de capacidad de los establecimientos turísticos, pero acaso también la disminución paralela de los censos en la Asturias rural: basta comprobar que en el lejano 2006 sólo había más plazas de hospedaje que residentes en Caravia y Onís…

El otro récord que constata la estadística turística de Sadei es el de los establecimientos de hostelería, que rebasan por primera vez los 11.000, con la cota máxima de la serie en bares (7.652) y restaurantes (2.867). Al ritmo que marca el progreso del sector en la región, también se dispara el registro de las empresas de turismo activo, igualmente en máximos con un total de 287, casi exactamente el doble que diez años antes.

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