Piedras Blancas, A. P. G. / I. M.

Los alumnos del Colegio Infanta Leonor retomaron las clases ayer, día de resaca principesca y refrescos, aunque alguno que otro sigue esperando la llegada de una princesa con corona dorada y vestido de cuento.

-La Princesa no vino-, protestó una pequeña de 3 años a la directora del colegio, Martina Sampedro, a primera hora de la mañana.

-¿Cómo que no vino? Pero si estuvo aquí ayer (por el jueves).

-No, la de ayer no llevaba corona.

Sampedro se congratulaba ayer de «lo bien que salió todo a pesar de contar con escasos recursos y personal para organizarlo». Tan poco personal que ella misma tuvo que recoger los restos de la fiesta en el patio del colegio. El motivo, en este caso, fue la celebración en Castrillón de Santa Rita, patrona de los funcionarios.

El 20 de mayo de 2010 pasará a la historia del centro como un día histórico y redondo, aunque también hubo algún que otro susto, como el que protagonizó el pequeño Andrés Díaz Patallo, que acabó en el Hospital San Agustín de Avilés. «Se metió una bola en el oído y acabó en la residencia justo cuando estaban a punto de llegar los Príncipes», añadió la directora. «Era una bola como esa que llevas en la oreja, pero sin pincho», explicó el niño señalando a los pendientes de perlas que lucía una maestra. Aun así, le dio tiempo a disfrutar de uno de los momentos más emotivos de la celebración. «Llegué para lo de los globos», añadió.

Al Infanta Leonor regresaron ayer las carreras por los pasillos, el recreo en el patio y el trabajo en las aulas, aunque alguna de las tareas giraron en torno a la jornada anterior. «Hoy, viernes, 21 de mayo de 2010, Letizia y Felipe», estaba escrito en uno de los encerados. Y los niños tuvieron como tarea dibujar a don Felipe y doña Letizia tras haberlos conocido en persona.

A Adrián Buil Quintana, popular por haber preguntado al Príncipe por el futuro de la Corona, lo que le preocupaba ayer era recuperar el muñeco «Bakugan» que el jueves se le cayó a una alcantarilla. Asegura que quiere ser policía, que le vuelven loco los «bollitos preñaos» y que detesta las verduras. A su lado se encuentra Lidia Fernández Méndez, que el jueves se dirigió a doña Letizia: «Princesa, princesa, tengo un regalo para ti». Le entregó una flor fucsia. «Ponía Lidia y Letizia», explicó.

Los alumnos del Infanta Leonor continuaron con sus tareas y el timbre volvió a sonar a las dos y media, como de costumbre. También como de costumbre sus padres y abuelos esperaban ante el colegio a los pequeños, más interesados ya en los juegos del fin de semana que en príncipes y cuentos.

Los pequeños Adrián Buil Quintana y Rocío Justo ya habían olvidado ayer el rifirrafe por el que el primero, que preguntó a don Felipe por la salud del Rey, acabó llorando desconsoladamente. Ante la ocurrencia de Adrián, Rocío le llamó la atención: «Eres malo», le dijo. «Ya hicimos las paces», aseguró ayer el niño, de 5 años, que posó de nuevo para la cámara bajo la atenta y pícara mirada de su compañera de pupitre, informa I. MONTES.