A lo largo de los dos últimos años, vengo escribiendo en este periódico que Asturias está en un momento crítico y decisivo de su historia. En plena crisis económica, perdiendo población año tras año de manera sostenida, alejada de las autonomías punteras y abandonada por Madrid en el terreno de las infraestructuras, había llegado la hora de tener un buen presidente en el Principado. Y también decía que esa persona no podía ser otra que Francisco Álvarez-Cascos. Hombre de acción, perseverante, con capacidad y preparación, con el genio y el valor que en la actualidad requiere el primer mandatario de Asturias. Un político que, por encima de gustos, es admirado y respetado por toda la sociedad asturiana.

Pero, para indignación de la mayoría de los asturianos, el presidente del PP, Mariano Rajoy, hizo que se nos atragantaran las uvas al comunicar el día 30 que la candidata del PP sería Isabel Pérez-Espinosa. Como no podía ser de otra manera, el enfado y la irritación de la generalidad del PP son manifiestos. Y es toda esa gente la que me lleva a pensar en la falta de sensibilidad que tuvo Mariano Rajoy en la toma de esa decisión, y me explico:

1.- Falta hacia Cascos: por no defenderlo ante los menosprecios, las descalificaciones y los insultos recibidos a lo largo de estos últimos meses por dirigentes del PP asturiano.

2.- Falta hacia los militantes del PP asturiano: por haberles usurpado la posibilidad de elegir de forma directa al candidato que querían, despreciando la democracia interna que la ocasión requería.

3.- Falta hacia los votantes del PP asturiano: por aniquilar la ilusión de miles y miles de populares que veían cómo, por primera vez en la historia de la democracia, el PP podía tener la mayoría absoluta en Asturias.

4.- Falta hacia los asturianos: por no permitirles tener al que seguro se convertiría en el mejor presidente que jamás hubiese tenido Asturias.

5.- Falta hacia Asturias: por abandonarla durante la próxima década.

Pues ¿se imaginan ustedes en una economía de escasez, como la que tendremos durante muchos años, el apoyo de un Gobierno del PP en España a un Gobierno del PSOE en Asturias?

Todo un despropósito que Asturias y los asturianos no olvidaremos fácilmente. Una vez más, se nos arrebata la posibilidad de expresarnos libremente sobre quién queremos que sea nuestro candidato. Una vez más, se esquiva el artículo 6 de la Constitución española. Una vez más, una persona impone su decisión estando en contra la mayoría de la organización en Asturias. Como decía Luis Asúa, concejal del Ayuntamiento de Madrid y presidente del PP de Chamberí, al conocer la renuncia de Álvarez-Cascos «la dirección nacional ha actuado con una total falta de democracia interna», «hay que ser partidario de la transparencia total, y que se celebren primarias para elegir a los candidatos».

A algunos mis palabras les pueden resultar duras. Pero las escribo con «civismo y educación». Y cuando una opinión se da sin insultar, eso sí, apelando a la siempre irrenunciable libertad de expresión, habrá personas que no estén de acuerdo, pero a nadie le deben de molestar. Sólo desde la crítica constructiva seremos capaces de mejorar la democracia. Nunca deben doler las opiniones, sí los insultos y los pronunciamientos zafios, producto de la falta de formación y de principios.

Ha comenzado 2011, y lo ha hecho con una malísima noticia para los asturianos y para Asturias. Ha comenzado una nueva década, y la primera frase de ella podría ser: «Un hombre elegido a dedo, a dedo ha sacrificado a Asturias».