Marta PÉREZ

«En la escuela nos falta avanzar en el aprendizaje de tareas domésticas, pero no como una asignatura maría, sino como algo fundamental. En la vida te va a servir más saber poner una lavadora que hacer una raíz cuadrada». Marina Subirats, catedrática de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, dijo ayer en Avilés que sería conveniente volver a la idea de una escuela «que forma a los individuos para tener una conciencia ética». Subirats, que estuvo al frente del Instituto de la Mujer, participó ayer en el congreso «Igualdad de género y educación» que se clausura este mediodía en el Niemeyer.

Marina Subirats inició su conferencia explicando que la educación en igualdad en España atraviesa «un momento complicado» en el que se debería «mirar atrás, hacer balance y analizar los problemas, porque las leyes las tenemos, pero la realidad no ha cambiado lo suficiente». Para Subirats el modelo educativo actual aún es «androcéntrico, pensado para educar a los hombres, y las niñas han sido aceptadas dentro de este modelo, es como una casa donde te prestan un cuarto», dijo. Aunque ha disminuido la discriminación por razón de sexo «no se ha conseguido una igualdad real, porque todo el mundo construido por los hombres es en el que nos movemos las mujeres», explicó. Marina Subirats cree que en las clases de historia o de lengua no se habla de mujeres, y que en el patio de los colegios sólo se juega con balones. «Hay que equilibrar los géneros. No ha habido el movimiento contrario, por eso andamos con un desequilibrio notable», aseguró. «Queda meter el mundo de lo femenino en la educación, pero para las niñas y para los niños», dijo. La socióloga también explicó ayer en el Centro Niemeyer que existen muchas carencias en la educación afectiva y sexual. «Hay sitios donde se lo cuentan muy bien y otros muy mal, tiene que ver con el profesorado», dice.

Marina Subirats se mostró pesimista en cuanto a que se produzcan cambios para que la igualdad de géneros sea real. «A los grupos dominantes les cuesta más cambiar porque tienen poder. Son reticentes a esta pérdida de poder y a cambiar», explicó. «Las mujeres no tenemos poder, por eso no hemos tenido inconveniente en cambiar, pero los hombres no quieren porque tienen miedo de perder», añadió. La socióloga relacionó incluso «la incapacidad de adaptación» de los hombres a una nueva sociedad igualitaria con el hecho de que los hombres se mueran antes que las mujeres. «¿Por qué los hombres se mueren antes, por qué tienen una vida más corta si son el grupo dominante? Su incapacidad de adaptación, no mostrar valor, les lleva en el mundo actual a la autodestrucción. Tiene mucho que ver», aseguró.

Por último la socióloga de la Universidad Autónoma de Barcelona alertó de que se está poniendo «demasiado énfasis» en el regreso a la escuela segregada, los niños por un lado y las niñas por el otro. «Es muy posible que en el futuro nos encontremos con esta propuesta, sé de lo que hablo». Subirats, totalmente en contra de la escuela segregada explicó que «es una batalla del pasado».