Más unidos que nunca. Este es el mensaje que trasladaron ayer en la ribera de la ría del Eo los trabajadores de las tres plantas de Alcoa en España, las amenazadas de cierre (Avilés y La Coruña) y la que por ahora se salva de la quema (San Ciprián). Las plantillas, coincidiendo con una huelga de 24 horas en los tres complejos fabriles, escenificaron su unión y visibilizaron el drama industrial que afecta a las comunidades asturiana y gallega en una manifestación que también quedará para la historia por su simbolismo y que reunió a más de 800 personas. "Estamos en una lucha justa, vamos a ganar. Somos muchos más que ellos y tenemos toda la razón del mundo", sentenció el presidente del comité avilesino, José Manuel Gómez de la Uz.

Pasadas las nueve de la mañana se empezaron a concentrar en el aparcamiento del centro de Castropol los primeros manifestantes. Trabajadores de la fábrica de San Balandrán (muchísimos, puesto que en la planta solo se quedaron los compañeros de los servicios mínimos), familiares, políticos de todos los colores y trabajadores de multitud de industrias y empresas (Azsa, Arcelor-Mittal, Daorje, Tadarsa, Reny Picot, AMG...) partieron en ambiente gélido pasadas las diez de la mañana rumbo a Vegadeo. A la misma hora, emprendían ruta desde Ribadeo los compañeros gallegos. "Es una lucha difícil, pero no es imposible. La empresa nos quiere dividir y con esto se demuestra que nosotros somos Alcoa", expresaron nada más comenzar la marcha.

Los aplausos y los mensajes de ánimo acompañaron a los manifestantes en su caminata de casi dos horas por ambas orillas de la ría del Eo. Los castrillonenses Manuel López y María Luisa González acompañaron a su hijo Cristóbal López, trabajador de la planta avilesina. "Si Dios no lo remedia, el diablo no hace nada. Hay que luchar hasta que no quede dinamita", señalaron. "Han pasado dos meses, nos quedan días y seguimos igual. El día 27 veremos qué pasa", apuntó su hijo. Ese día expira el periodo de consultas sobre los despidos, si bien Alcoa se comprometió a ampliarlo hasta mediados de enero si se producen avances en la negociación. Los representantes de los trabajadores pedirán hoy en Madrid a Alcoa que amplíe ya ese plazo de forma oficial. En la marcha hubo niños del aluminio (como los pixuetos Adara y Alejandro Quintana), mujeres del aluminio (como Ana Belén Sánchez, que trabajó "de noches" y fue de doblete a Castropol) y jubilados del aluminio, como Gerardo Pérez, asturiano retirado de San Ciprián y con un hijo en la planta de Avilés. Se mostró negativo: "No veo solución pero hay que luchar todos unidos, nos jugamos el futuro de la industria y del país".

Gallegos y asturianos se encontraron a mediodía en el puente del Príncipe Alfonso, más conocido como puente de Porto, que desde hace 155 años une Asturias y Galicia sobre el río Eo. Hubo abrazos, petardos, bengalas y gritos, muchos gritos: "Alcoa se salva luchando", "Alcoa, pa casa, que vuelva Endasa", "Inespal, aluminio nacional", "Fuera yanquis, pandilla de mangantes".

Los manifestantes tomaron rumbo a la plaza del Ayuntamiento de Vegadeo, meta de la marcha astur-galaica, donde los tres comités escenificaron su unión en esta larga lucha. Se avecina más tormenta: "Tenemos que espabilar, salir más a la calle, estar todos juntos para proteger lo que es nuestro".