"Los despidos no se negocian, se padecen", señaló ayer por la mañana Javier Fernández Lanero, el secretario general de UGT de Asturias, en la puerta de la factoría avilesina de Alcoa. Entonces, la fábrica estaba jugando su futuro en una sala de reuniones de un hotel madrileño, a un paso del Aeropuerto de Barajas. Y es que los trabajadores de Alcoa se volvieron a reunir en la puerta de la planta para reivindicar su derecho a trabajar en una fábrica que consideran "viable" frente al presupuesto de la compañía, que busca cerrarla junto a su gemela en La Coruña.

La concentración comenzó pasadas las 8 de la mañana. Los trabajadores quemaron neumáticos y aumentaron las llamas quemando el emblemático cartel de la fábrica que se había convertido en la imagen del comienzo de la lucha por los empleos, a mediados del pasado mes de octubre.

José Manuel Zapico, el secretario general de CC OO en Asturias, también estuvo presente ayer por la mañana en la puerta de la fábrica: "Nosotros queremos seguir negociando hasta el final. Si siguen empeñados en mantener los despidos, se van a meter en un callejón sin salida. Ellos sólo quieren hablar del plan social; nosotros, de la salida de una crisis que han provocado ellos mismos", apuntó el líder sindical.

Por su parte, Jorge Suárez, el alcalde de Gozón, participó ayer en la concentración de la fábrica para volver a mostrar su apoyo a los trabajadores de una fábrica de la que su Ayuntamiento recauda una parte muy importante de su presupuesto. "La situación es difícil, pero tenemos que mantener la esperanza. La empresa se mantiene en una posición incomprensible", destacó antes de incorporarse a una concentración en la que también participó la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, volcada desde el principio por salvaguardar el futuro de una empresa que ha contribuido a colocar a Avilés en la cabecera de los municipios industriales españoles.