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La crisis de Alcoa se expande a San Ciprián, que pierde nueve millones de euros al mes

El anuncio de otra subasta eléctrica en mayo, con vigencia para el segundo semestre, genera más incertumbre: "La preocupación es máxima"

Trabajadores de Avilés y La Coruña, en una protesta ante la factoría de San Ciprián el pasado diciembre.

La crisis de Alcoa, que paró el mes pasado la producción de aluminio primario en las factorías de Avilés y La Coruña, se extiende al complejo lucense de San Ciprián. Las pérdidas superan en esa planta los nueve millones de euros al mes. En medios sindicales, reconocen que la fábrica de alúmina de Cervo no está consiguiendo compensar las pérdidas de la de aluminio primario. "La preocupación es máxima", asegura el presidente del comité de empresa de la planta asturiana de San Balandrán, José Manuel Gómez de la Uz. El máximo directivo de la multinacional estadounidense, Roy Harvey, dijo a principios de febrero que la compañía no se compromete a mantener en funcionamiento las plantas de aquellos países donde los precios de la energía son "inciertos". España, por ahora, sigue siendo uno de ellos.

El anuncio de una nueva subasta de interrumpibilidad (las pujas en las que las compañías se reparten compensaciones económicas a cambio de desenchufarse de la red en caso de necesidad) para cubrir el segundo semestre del año no ha calmado los ánimos. Al contrario, ha elevado aún más la incertidumbre.

La anterior, que se celebró en diciembre y que cubre este primer semestre del año, resultó una debacle para la gran industria. No solo complicó la ya de por sí delicada situación de Alcoa, ya con el cierre de Avilés y La Coruña encima de la mesa, sino que también arrastró al motor industrial de la región, Arcelor-Mittal, y tocó a Asturiana de Zinc, otra de las multinacionales asentadas en la comarca avilesina intensivas en consumo eléctrico. Alcoa logró entonces 21 millones para San Ciprián, Avilés y La Coruña, un 40% menos que en la anterior convocatoria, y en el caso de la siderúrgica la pérdida porcentual de incentivos eléctricos fue aún mayor (en torno al 50%).

El viernes trascendió que el ministerio de Teresa Ribera trabaja en la convocatoria de una nueva subasta a seis meses, que se celebrará en mayo y que incorporará novedades sobre la anterior. Para entonces está previsto que tenga luz verde el Estatuto para el Consumidor Electrointensivo (su aprobación está prevista para finales de abril). Poco ha trascendido de ese documento. "Cinco Días" adelantó el viernes el estatuto distingue entre dos tipos de usuarios: el electrointensivo y el hiperelectrointensivo en función de la energía que consumen respecto al valor añadido bruto de su producción. A cada uno de estos grupos se les impondrán unos derechos (un coste "aceptable" de la electricidad) y unas obligaciones relativas a la reducción de emisiones de dióxidos de carbono, innovación o una mayor eficiencia y ahorro. Queda descartada una de las demandas de la patronal, una tarifa especial para la industria, pero se pretende facilitar los contratos estables de energía a largo plazo (PPA) con suministradores.

"El Estatuto, por sí solo, va a servir para poco. Y si la subasta se convoca en los mismos términos que la anterior, será un desastre", apuntó De la Uz. Alcoa pujó en la anterior convocatoria y obtuvo incentivos para las plantas de Avilés y La Coruña pese a que dos meses antes había anunciado su cierre.Pero ahora las dos fábricas de primario están "apagadas" y a la espera de comprador. La convocatoria de una nueva subasta ha generado aún más incertidumbre, tanto en la plantilla como entre los posibles inversores que han sido "tocados", según fuentes próximas a las negociaciones en marcha.

"¿Qué pasa con las plantas de Avilés y La Coruña de cara a esa subasta? ¿Se puede presentar Alcoa para obtener interrumpibilidad para ellas? ¿Dará tiempo a que se presente a la convocatoria el posible comprador? Lo que más me preocupa es que he planteado estas dudas al Ministerio y no me supo responder", asevera De la Uz. Y en medio de todas estas dudas se encuentra también la preocupación de San Ciprián, que ha entrado en pérdidas importantes.

"Decíamos que José Manuel Soria (exministro de Industria) era malísimo y ahora estamos muchos peor. Ahora tenemos un tercio de las ayudas de entonces, dos plantas cerradas, una en pérdidas y el precio de la luz en escalada. Eso es lo que hay y lo demás son castillos en el aire", concluyó De la Uz.

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