En medio de la crisis que azota el comercio y la hostelería, Avilés recupera un negocio de los de toda la vida. La confitería Polledo, que apagó los hornos, en 2019, tras 120 años de historia, reabre hoy en el número 16 de la calle Rivero, “con el mismo sabor y mucha ilusión”. Y empieza una nueva etapa el mismo día que Avilés encenderá su alumbrado navideño. “Eso ha sido pura coincidencia. Esperábamos abrir ya en noviembre, pero surgieron imprevistos durante la obra y la inauguración se ha ido retrasando. Abrimos con la Navidad y no faltará el tradicional cocodrilo, está asegurado”, promete Javier Suárez Rad, que había sido jefe de obrador durante la última etapa de Polledo, antes del cierre, y que ahora está al frente del popular negocio avilesino.

Los aromas dulces se escapaban ayer del obrador, donde se trabajaba a todo gas para tener hoy llenos los mostradores. “Quienes vengan a visitarnos se encontrarán lo de toda la vida: la bollería, los hojaldres, el mantecado, pasteles, pastas, bombones... y, además, pan”, explica Suárez Rad.

Son muchos los avilesinos que aguardaban la reapertura de Polledo: “Sí que nos preguntaba mucho la gente cuando iba a ser el día. Al fin ha llegado. La gente se ve animada. Aquí nos tendrán en horario ininterrumpido desde las ocho y media de la mañana hasta las ocho de la tarde”.

Suárez Rad es tercera generación de confiteros. Su abuelo, Manolo Suárez, trabajó en Galé y su padre, José Luis, “Pin”, en Llana, hasta que ambos se reunieron en la Confitería Avenida. Ahora toma las riendas de su propio negocio.