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El auge de la eólica marina abarrota el muelle de Valliniello, que esquiva la crisis

Solo en diez días se habrán exportado a Suecia y Alemania 7.000 toneladas de piezas para la construcción de aerogeneradores

Los muelles del puerto de Avilés. M. Villamuza

La exportación desde Avilés de tramos de torres eólicas y de grandes piezas de calderería y mecanizado, muchas de ellas para el sector de las energías renovables marinas, comienza el presente año con las misma perspectivas favorables que finalizó 2020, un ejercicio que pese a la crisis que desató la epidemia de covid-19 se saldó con el doble de toneladas embarcadas en el muelle de Valliniello, en la margen derecha de la ría de Avilés: 122.000 frente a las 62.000 de 2019, según las estadísticas de la Autoridad Portuaria.

La imagen del muelle de Valliniello, estas últimas semanas a rebosar de piezas, no deja lugar a dudas sobre la intensa actividad que tiene lugar en ese espacio portuario, en el que diariamente entran y salen decenas de camiones con diversas cargas y trabajan casi trescientas personas, la mayoría de empresas metalúrgicas ocupadas en tareas de acabado de los proyectos más complejos o voluminosos.

“Ciertamente, la actividad del muelle de Valliniello no se ha visto perjudicada por la crisis y ello es debido a que la eólica marina, un sector para el que trabajan importantes empresas avilesinas, atraviesa un buen momento. Además, ese espacio brinda posibilidades de almacenamiento de piezas, algo que las empresas valoran y que da lugar a esa comentada estampa de la explanada del muelle llena de piezas esperando ser embarcadas”, comentó ayer el presidente de la Autoridad Portuaria, Santiago Rodríguez Vega. Precisamente por las buenas perspectivas de las actividades industriales que tienen en el muelle de Valliniello una puerta abierta a la exportación, “en los planes de expansión portuaria figura con máxima prioridad la ganancia de más espacio”, reseñó el presidente portuario.

Solo en los primeros diez días de febrero, la previsión de carga de barcos con productos eólicos apunta a la exportación de 7.000 toneladas de estos ingenios a bordo de cinco buques que tienen como destino los puertos suecos de Karlshamn y Härnösand y los muelles alemanes de Hamburgo y Cuxhaven. Precisamente en esa última localidad, Siemens y Gamesa, líderes en el sector de la fabricación de aerogeneradores marinos que confían el suministro de piezas a la firma avilesina Windar Renovables, han montado una fábrica pensada para dar servicio a los proyectos de parque eólicos marinos en aguas del Mar del Norte. Desde hace meses el flujo de envíos desde Avilés hacia ese puerto es constante.

Al buen momento que atraviesa el muelle de Valliniello gracias a la eólica se une la aportación de empresas también radicadas en Avilés y dedicadas a la calderería pesada, entre ellas Idesa, que tiene previsto exportar entre este mes de febrero y el de marzo varios equipos de gran tonelaje.

El muelle de Valliniello, construido en la margen derecha de la ría de Avilés en dos fases en las que se invirtieron 116 millones de euros, fue proyectado para que su uso principal fuese la descarga y almacenamiento de carbón. Lo cierto es que a ese muelle nunca llegó ni una tonelada de carbón en la década que lleva operativo –esos tráficos, solventados los inconvenientes ambientales siguieron concentrados en la margen izquierda– y, sin embargo, en su explanada proliferan las piezas eólicas y de calderería pesada (piezas para refinerías, plataformas marinas, industrias de gas y petroquímicas).

El edificio de servicios estará acabado en abril

La obra para dotar a los muelles de Valliniello de un edificio de servicios pensado para cubrir necesidades básicas de las empresas que han trasladado allí parte de su actividad debe concluir, según el cronograma portuario, a finales del próximo mes de abril. El presidente del Puerto, Santiago Rodríguez Vega, asegura que el parón de la obras motivado por una modificación del proyecto, ha quedado atrás y que los trabajaos marchan ahora “a buen ritmo y en plazo”. El inmueble, que supone un desembolso de 900.000 euros, atenderá las necesidades de las empresas y trabajadores que operan en los muelles construidos en la margen derecha a la altura del Estrellín. Hasta 300 personas llegan a trabajar en días de actividad punta en esa zona. Antes de que acabe el año, dispondrán de un edificio de servicios que contará con vestuario y aseos, oficinas para los directivos y técnicos de las empresas que operan en la zona, comedor y un aparcamiento.

La cofradía de pescadores desiste de litigar por conservar su sede histórica

La cofradía de pescadores “Virgen de las Mareas” de Avilés ha comunicado en sede judicial su intención de desistir de la presentación de un recurso contencioso-administrativo contra la decisión de la Autoridad Portuaria de Avilés de rechazar su solicitud para prolongar la concesión del local del edificio de la antigua rula que vino usando como sede durante las últimas tres décadas. Este desistimiento, cuyas razones no han sido explicadas desde la cofradía, paraliza a su vez la imposición de las medidas cautelarísimas que había solicitado la cofradía y reactiva el procedimiento administrativo para que la Autoridad Portuaria recupere el dominio de los locales, para los que tiene nuevos planes: ubicar en ellos a las fuerzas de seguridad que trabajan en el puerto. Ahora, la Autoridad Portuaria debe fijar nueva fecha para la entrega de las llaves del local y el levantamiento del acta que dé fe del estado en que son devueltos los locales. “No tendrán ninguna queja, lo hemos dejado todo despejado y hasta barrido”, señalaron desde la cofradía pesquera, aún dolida por lo que interpretan como una “expulsión injustificada” de su hábitat natural: el viejo muelle pesquero. En paralelo al inicio de acciones judiciales que hacían presagiar pleito, la cofradía “Virgen de las Mareas” inició la mudanza desde el local de la vieja rula a la que será su nueva sede, un edificio de la avenida Conde de Guadalhorce. Según el secretario de la entidad, Alejandro Álvarez, “aún no tenemos teléfono ni internet y faltan cosas por colocar y cajas que desembalar; es decir, de momento estamos en precario”. En paralelo al traslado de su sede, la cofradía de pescadores se ha visto inmersa en una crisis orgánica como consecuencia de la cascada de dimisiones y deserciones que dejaron diezmada su nómina de directivos. Según el secretario de la corporación pesquera, “el funcionamiento de la institución está garantizado y se trabaja en la restitución de los órganos de gobierno; de todo esto hemos informado a la Secretaría general de Pesca del Principado, que se mostró conforme con los pasos que hemos ido dando”.

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