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La división de cinc de Glencore incrementa un 262% su facturación antes de impuestos

La producción de metal de San Juan de Nieva supone el 67,6 por ciento de todas las fundidoras que el gigante suizo posee en Europa

Cinc acumulado a la intemperie en el puerto de Avilés antes de poner en marcha el “almacenón” de Azsa.

El conglomerado de empresas suizo Glencore –que es propietario de Asturiana de Zinc (Azsa)– presentó su balance preliminar correspondiente al año pasado y en él recoge un incremento de un 262 por ciento en el departamento de operaciones metalúrgicas europeas en el apartado de ingresos antes de pagar impuestos e intereses, es decir, que pasó de facturar 50 millones de dólares en 2019 a 181 al año siguiente (de 41,5 a 150 millones de euros). Este departamento recoge los resultados contables de las fábricas de San Juan de Nieva (Asturias), Nordenham (Baja Sajonia, en Alemania), Northfleet (en Kent, en el Reino Unido) y Portovesme (en Cerdeña, en Italia).

Estos resultados explican el número de toneladas de cinc metal que la corporación suiza que dirige Ivan Glasenberg (lo firma él) ha sacado en Europa: 787 mil. Las que salieron de San Juan de Nieva en 2020 fueron 532.235. Es decir, el 67,6 por ciento del cinc que comercializa Glencore procede de San Juan de Nieva. La planta castrillonense, por lo tanto, año a año desde hace más de una década, consolida su posición en el ranking mundial: es una de las tres primeras del mundo en su negocio que no es otro que el proceso de la blenda.

La posición de Asturiana de Zinc dentro de la corporación empresarial con domicilio en el cantón de Baar es principal y la apuesta de la matriz por la histórica sociedad es evidente: las obras de ampliación de la producción en San Juan de Nieva se desarrollan de manera efectiva desde hace meses. La idea de Glencore es invertir más de 100 millones que se suman al edificio de vestuarios generales y a los dos almacenones en los muelles del Puerto de Avilés.

El incremento de los ingresos del departamento de operaciones metalúrgicas europeas de Glencore contrasta con la subida de Kazzinc, la mayor productora de cinc en la república de Kazajstán (alrededor de 300.000 toneladas procesadas al año). La subida que ha vivido es del 29 por ciento. La explicación del incremento de facturación está en el precio de la energía: en 2020 fue de 32 euros de media el megavatio hora. La previsión es que en 2021 vuelva por su seno del exceso: más de 40 euros.

El principal cliente de Glencore en lo que se refiere a su producción de cinc está en China. Las consecuencias del covid-19, con su estallido en diciembre de 2019, tuvo su refleja en el balance contable del departamento durante el primer semestre del año pasado. No obstante, la compañía señala que la “recuperación de la demanda en el segundo semestre de 2020 fue más fuerte en China que en el resto del mundo”. Esto contrasta, tal y como señala el conglomerado de empresas suizo con la caída de la producción minera de cinc esto propició el impulso de “las importaciones de concentrados hasta un 20,1%, que absorbió el exceso de existencias de concentrados fuera de China”.

La pertenencia de Azsa a Glencore permite a la empresa que preside Carlos Navalpotro incrementar su valor añadido: todo lo que produce tiene un único comprador, la propia Glencore.

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