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Duelo internacional por la muerte del diplomático asturiano Fernando Olivié

El director del Instituto ElCano y el legado de España en Polonia rinden tributo al Hijo Adoptivo de Illas: "Un grande España", escribe Charles Powell

El embajador Fernando Olivié, en su casa de Calavero, en Illas. En el círculo, el Ayuntamiento de Illas con las banderas a media asta.

El embajador Fernando Olivié González-Pumariega murió en Madrid, ayer, a primera hora de la mañana. Tenía 95 años. Fue el primer Hijo Adoptivo del concejo de Illas: recibió el nombramiento en los años ochenta, poco antes de su jubilación, que coincidió con la caída del Muro de Berlín. Olivié fue legado español en países tan distintos como Paraguay, Colombia, Bélgica, Yugoslavia y Polonia. Pero también negociador español en la ONU coincidiendo con la declaración internacional de Gibraltar como territorio a descolonizar. A mediados de los sesenta. También participó en la preparación de la Ley de Libertad Religiosa. De acuerdo con la orden del Ministro Fernando María Castiella se entrenó con la diplomacia vaticana, se encargó después de abrir la embajada española en Canadá, que después de la Segunda Guerra Mundial sólo mantenía relaciones con Estados Unidos, Reino Unido y Francia. La documentación oficial de todo aquello está depositada en el Ayuntamiento de Illas.

Charles Powell, el director del Real Instituto Elcano, el "think-tank" de estudios internacionales y estratégicos, lo definió con cuatro palabras: "Un grande de España". Francisco Javier Sanabria, representante del Gobierno de España en Varsovia, también se sumó al duelo por la muerte del sabio asturiano. Ambos lo hicieron a través de sus respectivas cuentas de Twitter.

Olivié recorrió el mundo entero, pero siempre volvía a la casa familiar de Calavero – “parece una mansión de un peón caminero”, bromeó cuando recibió a LA NUEVA ESPAÑA en su vivienda veraniega–. El Ayuntamiento de Illas declaró la jornada de ayer como de luto oficial. Sus banderas oficiales quedaron izadas a media asta por la tarde.

Olivié da nombre a la Biblioteca Municipal por acuerdo plenario. Y su familia prepara ya la entrega de su biblioteca personal: “Setenta años de una colección que quiere entregar al sitio donde pasó la infancia”, señaló su hija Paloma Olivié a este periódico. El embajador español en la época de Tito, de Stroessner o de Jaruselski va a ser enterrado en el panteón familiar del cementerio madrileño de La Almudena.

Banderas a media asta, ayer, en el Ayuntamiento de Illas. Lne

Fernando Olivié era hijo de Luisa González-Pumariega. Lo recordaba en aquella misma entrevista: “Aunque no había nacido aquí siempre había estado muy vinculada a Illas y a Calavero. Le encantaba esto, venía de niña, arrastraba a su padre, lo hacía venir acá. Era hija única. Cuando se casó con mi padre, se hicieron esta casa. Bueno, la hizo mi padre en un prado que era de mi madre”. Y añadió: “En mi niñez he venido aquí. Todos los veranos. Aquellos veraneos de antes de la Guerra Civil, cuando los niños dejaban el colegio en el mes de junio y volvían en septiembre, cuando los padres estaban hartos de los niños y los niños, hartos de los padres”.

Los vínculos de Olivié con Illas se fortalecieron 2017, cuando el diplomático aceptó que la biblioteca de La Callezuela llevara su nombre. Será allí donde se custodie el legado bibliográfico que deja. “Cuando se pueda viajar a Asturias llevaremos allí todos sus libros. Era su deseo”, destacó Paloma Olivié, una de las hijas del embajador y de Pilar Aldasoro Sandberg, que falleció en 2017. Los otros hijos son Fernando, Gonzalo, Guillermo, Rodrigo e Iliana Olivié.

Illas cuenta con biblioteca desde el 30 de diciembre de 2007; primero en el edificio del telecentro y después, desde 2010, en su actual ubicación, en el parque de La Callezuela. Nació con la idea de nutrirse de donaciones de instituciones y particulares. Custodia, además, parte del legado bibliográfico del periodista y empresario Eugenio Suárez, el fundador de periódicos y revistas tan conocidas como “El Caso” o “Sábado Gráfico”.

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