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Miranda no olvida a José Manuel Feito

El Luisa Marillac convierte la mística del cura fallecido en 2020 en caligramas y descubre una placa de Samuel Armas

Susana García, Juan Alfredo Cañamero, Mario Argudín, AinharaMíguez, Xenia García y Samuel Armas tras descubrir su placa. | Ricardo Solís.

Xenia García abre el acto. Explica que ella y otros compañeros de su colegio, que es el Luisa Marillac, han organizado un homenaje a José Manuel Feito, el “párroco eterno” de Miranda, que falleció hace un año dejando en su pueblo de Miranda una huella cuya profundidad se acrecienta cada día que pasa. “Ya eres parte de nosotros”, confiesa la “maestra de ceremonias” junto a la puerta de la casa rectoral que Feito habitó y reformó cuando llegó por vez primera al destino que iba a cambiar para siempre: en 1964.

La placa en recuerdo a Jose Manuel Feito. | Ricardo Solís

Allí justo, el colegio de Xenia García ha convertido en caligramas los poemas místicos del antiguo cura de Miranda. A él, además, está dedicada una placa que compuso el artista mirandino Samuel Armas en azulejos cerámicos horneados en la Factoría Cultural. En esa placa se recuerda el año de nacimiento del erudito, pero no el de la muerte, todo ello subrayado con un lema melancólico y sintético: “Una vida ejemplar”.

Uno de los poemas de Feito convertido en caligrama y colgado en el jardín de la iglesia. | Ricardo Solís

“Así, exactamente, fue su vida”, apostilla Francisco Panizo, el sacerdote que le sucedió al frente de la histórica parroquia. “Este homenaje es emocionante y me ha emocionado”, añade Panizo después de escuchar los poemas de Ainhara Míguez, Mario Argudín, Susana García Álvarez y Juan Alfredo Cañamero, todos alumnos de Juan Hernández, profesor de Lengua Castellana y de Literatura, del colegio concertado de Miranda. “Esto es un homenaje conjunto de los alumnos de Plástica y de Lengua”, explica Hernández. “Íbamos a haberlo hecho el año pasado, pero no era el momento”, se disculpa el profesor.

Francisco Panizo se ha volcado con el recuerdo a su predecesor: “No pesa ser su sustituto porque no intento serlo. Jamás podré hacer lo que él hacía. Me enorgullece estar en esta parroquia y sobre todo, ver el amor que le sigue teniendo el pueblo”, resume el párroco al periodista. Está presente en la conversación Sor María Jesús, una de las monjas de la Caridad más queridas. “Ha pasado un año, pero sigue estando con nosotros”, explica. El sábado “seguiremos recordándole”, promete la religiosa.

Los poemas de los cinco alumnos compondrán un libro colectivo de pronta publicación. “Habrá de más compañeros”, anuncian los poetas descubiertos bajo la mirada pintada de Armas. Juan Alfredo Cañamero recordó “al buen paisano” que fue el antiguo cura de Miranda. “Por dondequiera que pasaste / huella pasaste”. Ainhara Míguez, por su lado, se detuvo en “los sermones” del erudito somedano para añadir: “Es sorprendente que recuerde tus sermones”.

El homenaje de los chicos del colegio Luisa Marillac –Samuel Armas también lo fue: “de 3.º de Primaria a 4.º de la ESO”, aclara– es el primero del cabo de año del sacerdote (murió el 29 de junio de 2020). Este sábado, Panizo preside el funeral en su honor (a las 19.00 horas). Previamente, Armas entregará una obra dedicada al sacerdote (a las 18.00 horas) y una hora antes la editorial Impronta presenta el libro de memorias póstumas del escritor, sacerdote y erudito.

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