Violeta Monreal es ilustradora, pero no una ilustradora al uso, usa la técnica, explica, "del papel rasgado". Hace un dibujo y con trozos pequeños de papel, hechos "gurruminos" que es como ella llama a los "churros" de papel, invita a los pequeños a desarrollar su creatividad con collages, en los que es imprescindible el pegamento. "El dibujo es un derecho, un desahogo que incluso es bueno para los menos mañosos, ayuda a desarrollar la creatividad de todo el mundo", señala la autora de decenas de libros ilustrados que la pasada semana participó en un taller en el colegio El Vallín de Piedras Blancas (Castrillón) y ayer hizo lo propio con los escolares de Infantil de Los Campos (Corvera). La ovetense y residente en Madrid está de gira por Asturias.
Sus talleres en los centros educativos trascienden las manualidades. Invita a los pequeños a pensar, a crear personajes que ellos mismos construyen con sus propias manos a través de un dibujo. En El Vallín planteó la idea de "un ser protector" que, según los pequeños, debía hacerse fuerte ante "arañas, malos tratos y bichos, en general".
Al margen de colores, "gurruminos", pegamento y dibujos, Monreal defiende que todo arte ha de ir, inevitablemente, "cargado de sentimientos". "Siempre explico a los alumnos cuando hacemos un collage, que todo proceso vital y trabajo tiene tres fases a tener en cuenta: sea cual sea hay que empezarlo, hay que atreverse a enfrentarse a él, lo segundo será resistir y lo tercero, insistir", destacó la creadora, que insiste en que las figuras que elabora en sus talleres, de acuerdo con sus pequeños colaboradores, son "imperfectas" y eso tiene una explicación: "Todos, mayores y pequeños, somos imperfectos".