Nueva incursión de jabalíes en Avilés, esta vez en el Hospital
La proliferación de suidos en el casco urbano contrasta con la ausencia de medios y protocolo policial para controlar a las piaras
Un jabalí en una pasada incursión en el área sin uso entre las vías de Feve y la ría. / RICARDO SOLIS
Un grupo de tres jabalíes fue avistado la semana pasada en la avenida Conde de Guadalhorce (al lado de la ría) dando un paseo nocturno y ajenos al paso de vehículos por la carretera. Esta misma semana se ha repetido la escena, pero ahora con seis jabalíes como protagonistas y a las puertas del Hospital San Agustín. La cámara de vídeo que los grabó en el Camino de Heros los retrata "fozando" a sus anchas en las áreas ajardinadas que rodean el aparcamiento habilitado para trabajadores en el ala sur del complejo sanitario.
Con anterioridad, vecinos de Heros, Miranda, El Alfaraz, La Carriona o El Forcón –lugares más cercanos a las masas forestales donde viven los suidos– habían dado cuenta de la presencia ocasional de jabalíes, pero nunca se había documentado la presencia de estos animales tan cerca del casco urbano de Avilés al Oeste del concejo. Como en otros muchos encuentros de los jabalíes con peatones o conductores, el comportamiento de los suidos que visitaron el Hospital fue pacífico, incluso indiferente a la presencia humana. Tal es su grado de "socialización".
Tres jabalís «fozando» al caer la noche en las inmediaciones del Hospital San Agustín, al fondo.
Dada la proliferación de jabalíes en áreas residenciales de Avilés, este diario ha preguntado por las instrucciones, protocolo de actuación, medios y formación específica que tienen los agentes de la Policía Local para, según lo que proceda en cada caso, ahuyentar, atrapar o matar a estos animales.
Instrucciones no existen más allá de lo que aconseja el sentido común; protocolo de actuación, tampoco. Los policías locales avilesinos no han sido formados de modo específico para tratar con jabalíes –ni con otros animales salvajes– y carecen de medios, como podrían ser escopetas preparadas para disparar dardos sedantes. Respecto al uso del arma reglamentaria, el mismo se reserva para casos en los que peligre la integridad de las personas. Resumen: lo que suelen hacer los municipales es usar los coches patrulla para "empujar" a los suidos de nuevo al monte o, según la reiteración de las incursiones, dar parte a la guardería forestal del Principado o al Seprona.
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