Así ha sido el retorno de las pioneras del Menéndez Pidal a las aulas de su juventud

Un grupo de antiguas alumnas vuelve al centro de Valgranda para evocar anécdotas de sus "mejores años" con motivo del 50º aniversario del centro

Antiguas alumnas del instituto Menéndez Pidal de aquellos años en los que era un centro solo femenino, ayer, en un encuentro de antiguas alumnas en el centro con motivo de su 50º aniversario. | Mara Villamuza

Antiguas alumnas del instituto Menéndez Pidal de aquellos años en los que era un centro solo femenino, ayer, en un encuentro de antiguas alumnas en el centro con motivo de su 50º aniversario. | Mara Villamuza / I. GarcíaI. G.

I. García

Blanca García fue una de las mujeres que estrenó el Menéndez Pidal en su actual ubicación y de aquella han pasado cincuenta años. Estudiaba 3º de Bachiller y corría el curso 1972-1973. "Me acuerdo mucho de Tere, la conserje, que si no llega a ser por ella no nos vamos de viaje de estudios a Benalmádena (Málaga)", comenta momentos antes de conversar con sus compañeras en un encuentro de antiguas alumnas en el centro. Para Isabel Rodríguez, que ingresó en el Menéndez en 1975, el instituto supuso el "despertar del movimiento estudiantil en unos años que se reivindicaba mucho". Ángeles Tostado comenzó COU en el curso 1978 -1979 y recuerda "un muy buen ambiente", como Mariló Paneque, Esmeralda Muñiz y Caridad Salvador, que se reconocían "muy trastos" en aquellos años en los que llegaban a fumar a escondidas en los baños. "Tenía mucho respeto y confianza en los profesores", afirman. "Fueron los mejores años", remataron

En el encuentro no solo había alumnas, también estaba por ahí Álvaro González que era profesor de Matemáticas del centro entre 1974 y 1981. "Había 1.400 alumnas en el diurno y 300 en el nocturno", resume para explicar la gran cantidad de alumnado del femenino, que pasó a ser mixto en 1983.

El acto también tuvo su parte institucional, con la presencia de la alcaldesa, Mariví Monteserín, que recordó como aprobó el COU en el Menéndez con una profesora de Filosofía de nombre Esmeralda. Carmen María Martín fue de la primera promoción del centro, en el curso 1972-73, y habló de aquellos tiempos, de un año escolar que empezó tarde, un 9 de noviembre "y todo sin asfaltar y sin apenas mobiliario". Con humor, recuerdos en las que la mayoría de las asistentes se sentían identificadas todas celebraron que "esa generación fue de las primeras que pudo ir a la Universidad". Entre las antiguas alumnas estaba Dulce Victoria Pérez, que recordó que fue el instituto donde descubrió su amor por la escritura. Sonia Álvarez, directiva del AMPA y exalumna también recordó a Tere, la conserje que le recriminaba: "Dónde vas, no pires". Álvarez también destacó la conexión entre profesorado, familias y alumnado en un centro del que se siente "orgullosa" de seguir formando parte porque su hija, Noelia Vicente, aún estudia allí. Es más Vicente hizo una breve intervención en la que se acordó no solo de la comunidad educativa sino también de las limpiadoras del centro. Y entre tanto, Isabel Lorenzo, jefa del departamento de Geografía e Historia y promotora de la exposición de los cincuenta años del IES cerró su intervención abriendo la puerta a la publicación de un libro "para que quede para la posteridad".

Recuerdos de la "gran huelga" contra la Selectividad en el Menéndez Pidal

Marisa Robledo y Elvira Rubín estudiaban Sexto de Bachiller en el curso 1972-1973 y junto a sus compañeras del instituto Menéndez Pidal que entonces era femeninpo convocaron una "gran huelga" contra la Selectividad que les tocaba hacer ese año. "Fuimos el primer instituto público en hacerlo, salimos al patio y no entramos a clase", señalaron ambas exalumnas que recuerdan la presencia de los "grises" (Policía armada franquista) en dos furgones por el entorno del centro. "Todo fue días antes de la prueba, era por junio y al final, nos convocaron, nos obligaron a hacerla en septiembre", comentan ambas, pioneras en una reivindicación que fue respaldada por toda su clase en unos años en que las huelgas eran ilegales, como lo eran cualquiera de las manifestaciones políticas ajenas al nacionalcatolicismo franquista. "Nos llegó hasta a animar algún profesor", comentan las exalumnas del Menéndez Pidal.

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