La tertulia de la Cantina cambia de estación

Los asiduos a las reuniones de "La gabardina" sacian su curiosidad sobre el caldero murciano probando el guiso en el Yumay

El hostelero Justo García, primero por la derecha, acompaña a los miembros de la tertulia «La gabardina» en la comida que organizaron en el Yumay.

El hostelero Justo García, primero por la derecha, acompaña a los miembros de la tertulia «La gabardina» en la comida que organizaron en el Yumay. / F. L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

La tertulia "La gabardina", con sede en la terraza de la Cantina de Renfe, tiene entre sus pocas normas la de evitar hablar de deporte y de política, por aquello de que son temas que enfrentan más que unen. En ausencia de esos temas, uno de los más socorridos es la comida. Y hablando de platos, hace unos días salió a relucir el caldero murciano, una especialidad a base de arroz originaria del Mar Menor. Unos los habían probado y otro no, por lo que se acentuó la curiosidad por conocer la excelencia de ese guiso.

Como tampoco era plan de ir a Murcia para hacer la cata, el miembro de la tertulia Carlos Martínez Guardado, que es una enciclopedia gastronómica andante, sugirió ir a comer el caldero de marras en la sidrería Yumay, que lo tiene en su carta porque la cocinera, Lola Sánchez, que es natural de Murcia y buena elaboradora de arroces, decidió incluirlo hace ya años como gesto a su tierra natal. Fue dicho y hecho y este pasado lunes varios de los asiduos a la tertulia se sentaron a la mesa en la sidrería de Villalegre para comer el que posiblemente sea el único caldero murciano que se puede encontrar en los restaurantes asturianos.

Los tertulianos de "La gabardina" hicieron el trayecto desde la Cantina de Renfe hasta el Yumay en tren, en lo que realmente fue un rápido "cambio de estación", pues el viaje apenas lleva cinco minutos. También fue un gesto en pro de la "sostenibilidad", según destacó Martínez Guardado, un ardiente defensor del transporte público. Aprovechando la coyuntura del viaje en tren, la comitiva fue primero hasta San Juan de Nieva para que los que nunca habían estado en ella lo conocieran.

Ya en el Yumay, la bienvenida consistió en un aperitivo de bocartes fritos acompañados por sidra. A mesa puesta, los tertulianos fueron agasajados con langostinos a la gabardina, un plato elegido ex profeso en honor al nombre de la tertulia. Y llegado el momento cumbre de la comida, salió de la cocina el caldero de arroz al estilo murciano, acompañado de trozos de lubina como manda el canon pero también de xargo, bacalao y rubiel.

Para aliñar, salsa ali-oli al gusto del comensal; y de postre, café quirós. En la sobremesa solo se echó en falta la presencia del "presidente" moral del grupo, Arsenio Fernández, "Tito", que excusó su presencia por hallarse convaleciente de un achaque de salud.

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