Asia ‘toma’ el Palacio Valdés

Un jornada de preparativos con el elenco del Circo Acrobático Chino: una treintena de artistas crea y monta los decorados y prepara su comida antes de subir al escenario

Preparativos del montaje del Circo Chino en el Teatro Palacio Valdés.

Preparativos del montaje del Circo Chino en el Teatro Palacio Valdés. / Mara Villamuza

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Un poco antes de las seis de la tarde empezó el trajín en el Palacio Valdés. De repente, más de treinta personas poblaron la tarima avilesina. Todos tenían algo en común: los rasgos asiáticos. Y es que el Gran Circo Acrobático de China aterrizó a lo grande en Avilés, con todos sus artistas afanándose en colocar todo a la perfección para que el público de la ciudad se quedase asombrado con sus acrobacias.

Arriba, Zeng Bifei; en el centro, dos de las integrantes del elenco y los preparativos en el patio de butacas del Palacio Valdés. | Mara Villamuza

Arriba, Zeng Bifei; en el centro, dos de las integrantes del elenco y los preparativos en el patio de butacas del Palacio Valdés. | Mara Villamuza / Noé Menéndez

Lo más llamativo del proceso de conquista chino en el Palacio Valdés es que los mismo que minutos después tenían que realizar acrobacias eran los encargados de crear el escenario. "Aquí todos montan y desmontan. No hay personas de staff ni nada, son ellos los que crean todo. Desde pintar los decorados hasta colocar todo sobre la tarima, todo pasa por sus manos", cuenta Miguel Avisbal, director técnico y la persona española que viaja junto a la comitiva china. Su afanado trabajo choca al ver cómo algunas orquestas tienen a más personas encargadas del montaje que actuando. "En eso es en lo que más se nota su mentalidad china. Lo único que no hacen ellos es cargar los materiales a los camiones, pero el resto se ocupan los artistas", señala. Con ellos viaja un camión de 12 metros, con casi cuarenta baúles en los que transportan todo lo que se puede ver en la actuación.

Parte de la escenografía para el espectáculo. | Mara Villamuza

Parte de la escenografía para el espectáculo. | Mara Villamuza / Noé Menéndez

Otro de los puntos que llama la atención es que, a la hora de maquillarse, tampoco cuentan con asistentes. "Traer 34 personas, que son los que forman la comitiva, de China hasta aquí es un esfuerzo. Imagina si tiene que venir staff también", apunta Avisbal, quien destaca que la seguridad del show también corre de su mano. "Es en lo que más meticulosos son", reconoce. Y no lo esconde. Con punteros láser, pegatinas en el suelo y pesos, miden a la perfección todo para no tener ningún susto. "No quieren que nadie les toque sus cosas, porque se aseguran personalmente que todo vaya bien", confiesa.

Asia ‘toma’ el Palacio Valdés

Asia ‘toma’ el Palacio Valdés / Noé Menéndez

Y, mientras algunos juegan al Candy Crush o mantienen una fluida charla, empieza a llegar un olor diferente al escenario. "Es que traen su propia comida. No son mucho de probar otras cosas, preguntan por el tema, pero lo único que prueban suele ser la bebida", indica Avisbal. En apenas una hora China se instaló en pleno centro de Avilés para, con ello, conquistar a todos los espectadores del Gran Circo Acrobático de China.

Asia ‘toma’ el Palacio Valdés

Asia ‘toma’ el Palacio Valdés / Noé Menéndez

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