El pequeño comercio avilesino se resiente en las primeras rebajas de enero sin Zara: "Nos falta la locomotora"

Los tenderos del centro anhelan la ocupación del local donde estuvo el estandarte de Inditex "para que se revitalice la zona"

Rosa María Hernández ordena prendas de ropa en su tienda de la calle José Cueto.

Rosa María Hernández ordena prendas de ropa en su tienda de la calle José Cueto. / Ricardo Solís

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

El tren del pequeño comercio avilesino renquea desde que le falta el impulso de una buena locomotora, que ese es a juicio de los empresarios consultados el papel que desempeñaba hasta su cierre en marzo de 2023 la tienda Zara de la calle José Cueto, en pleno cogollo comercial de Las Meanas. Meses después de Zara también cerró la tienda de Bershka en la calle Doctor Graíño, con lo cual el "roto" aún se hizo mayor. La añoranza avilesina por la pérdida de los estandartes del imperio Inditex aún se hace mayor en el inicio de las rebajas de invierno, marcadas en su primer día laborable por la escasez de clientela en los negocios, y eso que ayer era lunes de mercado.

La mayoría de las señales que emite el comercio generan pesimismo, la más preocupante de todas la veintena de bajos cerrados en un radio de doscientos metros en torno a la antigua tienda de Zara. "Es cierto que la mayoría ya estaban sin actividad antes de cerrar la tienda de Amancio Ortega, pero cuando se confirmó la marcha de Zara fue un mazazo definitivo porque ahora sí que las expectativas de reapertura de esos negocios son casi nulas, más bien hay que cruzar los dedos para que no bajen más persianas", opina una de las comerciantes instaladas en Las Meanas.

El pequeño comercio se resiente en las primeras rebajas de enero sin Zara: "Nos falta la locomotora"

El pequeño comercio se resiente en las primeras rebajas de enero sin Zara: "Nos falta la locomotora" / Francisco L. Jiménez

Otra señal indicativa de cómo han cambiado –a mal– las cosas desde que falta Zara en Avilés la da la tendera Rosa María Hernández, que el domingo no abrió su negocio y esperó a ayer, lunes, para poner las rebajas, pero sin embargo admite que "de haber estado Zara, que hubiera abierto el domingo, yo también habría trabajado".

A diferencia de Hernández, sí que abrió su negocio Marta Moreno, que regenta la tienda boutique de más reciente apertura en la zona de Las Meanas. "Algo sí que vendimos, aunque lo que fundamentalmente atendimos fueron cambios y devoluciones. Como llevamos poco tiempo abiertos no sé cómo eran las rebajas cuando estaba Zara, pero no cabe duda que su falta es una pena porque la zona ha perdido dinamismo", comenta la tendera.

Tanto Marta Moreno como los demás comerciantes consultados por este diario tienen un anhelo para 2024: que el local donde estuvo Zara vuelva a ser ocupado y cuanto antes mejor, por una firma con "tirón". Es decir, que el tren vuelva a disponer de una locomotora que empuje.

"Echo de menos la gente de Luanco y hasta de Candás que antes, cuando estaba Zara, venía por aquí de compras. Y claro, eso se nota negativamente en las ventas", comenta Sara Vilaboy, dueña de una tienda desde cuyo escaparate se veían los del gigante gallego de la moda. "Zara hacía que la gente de la comarca viniese a Avilés, desde Illas a Luanco y desde Los Campos a Piedras Blancas. Y esa gente, mal que bien, acababa haciendo consumo, ya fuera en las tiendas o en los bares. ¿Adónde va ahora esa clientela? Sospecho que a los centros comerciales. Desde luego, en las calles de Avilés no está", lamenta la mercera María José Acedo. De parecida opinión es la comerciante textil Carmen Cebey: "Zara atraía a diario a cientos de personas; en la temporada de rebajas, a miles. Su cierre ha sido un bajonazo porque nos daba visibilidad a las tiendas de la zona y clientela potencial".

El pequeño comercio se resiente en las primeras rebajas de enero sin Zara: "Nos falta la locomotora"

El pequeño comercio se resiente en las primeras rebajas de enero sin Zara: "Nos falta la locomotora" / Francisco L. Jiménez

Rebeca Martínez, también gerente de un negocio de moda, es de las que alienta la esperanza de una pronta reapertura del antiguo local de Zara "para que se recupere el tránsito de gente por la calle". No concibe otro alivio "porque somos enanos luchando contra titanes y nadie nos ayuda". En ese "nadie" se incluye especialmente "el Ayuntamiento, que en su momento no tuvo ni la menor iniciativa o gesto para evitar el cierre de Zara; que probablemente no hubiera servido para nada, pero al menos tenía que haberlo intentado porque para lamentarse a toro pasado ya estamos nosotros".

Esta comerciante también es crítica con la última campaña de promoción del pequeño comercio que ha puesto en marcha el gobierno avilesino, la que permite aparcar gratis en el parking de El Atrio a partir de compras por valor de diez euros en comercios del centro: "Me apunté a esa campaña y en toda la Navidad no di ni un solo tique de aparcamiento. O sea que mi opinión al respecto es clara: no ha valido para nada".

A la pérdida de la locomotora, el pequeño comercio de Las Meanas y las calles aledañas añade el malestar de la pobre iluminación navideña –en algunos tramos inexistente por completo– y en el caso de los inquilinos de la plaza la Merced, los inconvenientes derivados de las obras de urbanización que comenzaron en mayo y aún están pendientes de remates. Súmese a todo esto "que Avilés está tristona y hay poco movimiento, en especial por la tardes" –lo dice Sara Vilaboy– y el resultado es la ingesta de un cóctel amargo de difícil digestión.

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