El San Agustín realiza al año 350 estudios del sueño y 150 pacientes reciben tratamiento

"En consulta hay más hombres y de edad media, aunque también jóvenes y mayores de 80", detalla el neumólogo Andrés Sánchez Antuña

Antuña, en una foto de archivo en su despacho del San Agustín. | R. Solís

Antuña, en una foto de archivo en su despacho del San Agustín. | R. Solís / M. Mancisidor

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

El Hospital San Agustín realiza desde hace ya años estudios del sueño. En este tiempo, el equipo que lidera el neumólogo Andrés Avelino Sánchez Antuña (Avilés, 1958) ha recibido infinidad de pacientes: el servicio realiza anualmente unos 350 estudios a otros tantos enfermos, de los que aproximadamente la mitad son tratados con CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias) para prevenir episodios de colapso de las vías respiratorias que bloquean la respiración en personas con apnea obstructiva del sueño y otros problemas respiratorios.

Para dichos estudios los profesionales avilesinos entregan un polígrafo respiratorio al paciente. Este aparato registra la actividad del enfermo durante una noche en su propia casa, lo que mejora la calidad de los resultados y evita ingresos hospitalarios. Entre los enfermos: "Hay más hombres y de edad media, aunque también hay jóvenes y mayores de 80 años", explica Sánchez Antuña.

El perfil de los pacientes de esta unidad son personas que roncan en exceso y no descansan aunque duerman muchas horas seguidas, y que, además, suelen tener tendencia a dormirse al volante. Los pacientes normalmente llegan remitidos por el médico de Primaria o de otras consultas hospitalarias. El primer paso para hacer un diagnóstico de apnea es la prueba del sueño, que puede ser de dos tipos: la poligrafía, que es la más habitual, y que se hace en el domicilio del paciente, y la polisomnografía, que es más compleja y se realiza en el propio hospital. "Ahora mismo en Asturias hay unas 19.700 personas con CPAP. La efectividad de la máquina es del cien por ciento. El problema es que el paciente no se adapte a ella y es cuando hay que buscar alternativas", puntualiza el especialista avilesino.

Muchos de estos pacientes mejoran simplemente bajando de peso. Otras causas pueden ser la morfología cardiofacial, como malformaciones en la mandíbula que se solucionan operando, y a veces no se encuentra una causa específica. En niños es habitual por la hipertrofia de las amígdalas, y sí se cura operando. En el Hospital Universitario San Agustín, la principal causa de consultas externas en Neumología es, precisamente, la apnea del sueño, por encima de la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o el asma bronquial.

En la unidad del sueño se determina el tratamiento más adecuado, en función de la gravedad: recomendar bajar peso y no tomar alcohol antes de acostarse, en los casos leves, y para los que tienen una alteración grave, la solución es dormir con una máquina, la CPAC, que produce una presión en las vías aéreas.

Factores como un frenético estilo de vida, el estrés, una mala alimentación, la obesidad, la falta de una rutina constante a la hora de irnos a la cama o un excesivo uso del móvil influyen en la falta de sueño. Pero no todo se puede tratar como apnea. Igual que no todo roncador sufre problemas del sueño. De acuerdo al estudio Cigna 360-Vitality las ciudades son, además, entornos hostiles para el sueño y la salud haciendo que el descanso se haya convertido en un lujo.

Recomiendan, en este sentido, controlar la contaminación acústica y lumínica, trabajar en la higiene del sueño, evitar el sedentarismo –la actividad física promueve la liberación de endorfinas y serotonina, que favorecen un estado de bienestar y relajación– o cerrar las ventanas durante las horas de mayor contaminación para lograr un descanso reparador.

Suscríbete para seguir leyendo