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María Teresa Domínguez Murias

“Memento mori” Feijóo

Líderes políticos merecedores del respeto y aclamo no solo de los suyos, sino de la mayoría de la ciudadanía

El pleno del Tribunal Constitucional ha desestimado el recurso de amparo presentado por Joaquim Torra y Pla contra las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, por las que se le condenó como autor de un delito de desobediencia del artículo 410 del Código penal que castiga a las autoridades o funcionarios públicos que se negaren abiertamente a dar el debido cumplimiento a resoluciones judiciales, decisiones u órdenes de la autoridad superior dictadas dentro del ámbito de su respectiva competencia y revestidas de las formalidades legales.

Como Presidente de la Generalitat se negó a dar cumplimiento a los requerimientos de la junta electoral central que en marzo del 2019 a retirar esteladas y lazos amarillos, junto a la pancarta de “Libertad presos políticos y exiliados”, que estaba escrito en catalán y en inglés. Torra decía entonces que los requerimientos de la junta electoral central era un nuevo intento de censura de la libertad de expresión por parte del Estado Español. Los hechos constituían una infracción del principio de neutralidad política impuesto a todos los poderes públicos, y particularmente exigible en periodo electoral tal como establece el artículo 50.2 de la Ley Orgánica5/1985 de 19 de julio, del Régimen Electoral General, que dice textualmente:“Desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas queda prohibido cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones”.

La sentencia explica que el señor Torra no fue condenado por sus ideas, opiniones o manifestaciones, sino por el incumplimiento de unos requerimientos derivados de un uso inadecuado de los edificios públicos, que deben de estar al servicio de los intereses generales, no de un grupo más o menos concreto o numerosos de personas, con exclusión del resto.

La exhibición de simbología partidista en cuanto que identificable con determinadas opciones políticas, infringía el deber de neutralidad y objetividad que deben de respetar los poderes públicos, pero especialmente en un proceso electoral, como garantía de limpieza del proceso democrático y de la igualdad en las elecciones.

Constituye otro ejemplo de que los nacionalistas no tienen límites y si no les conviene la normativa no la cumplen, bajo el eslogan del Estado opresor. España les produce repulsa, se niegan a cumplir el ordenamiento jurídico, sin más, todo vale. “El fin justifica los medios”, la conocida frase de “El príncipe” de Maquiavelo que en política sin duda tiene su marco perfecto.

El conseguir algo que deseas por algún método no del todo ético, si al final lo consigues no convalida o sana lo que has hecho antes, pero si además no consigues lo que pretendías y te has mostrado como alguien dispuesto a hacer todo lo que sea para conseguir tu objetivo, sin duda te acerca a Nicolás Maquiavelo, quien defendió la manera más amoral y déspota de hacer política. Una interpretación libre de “Cum finis est licitus, etiam media sunt licita”. Cuando el fin es lícito, también lo son los medios utilizados.

Lo sucedido en estos días, con el espionaje a Ayuso no puede entenderse a no ser desde los ojos de la lucha política, la lucha por el poder, la eliminación de lo que puede hacerte sombra, todo un clásico.

Los partidos políticos representan y transmiten las solicitudes de los ciudadanos (artículo 6 de nuestra Constitución).

La desafección por la política y los políticos que muestra de manera más expresa la ciudadanía puede deberse precisamente a que no escuchan a los ciudadanos a los que representan, no escuchan lo que les piden.

Feijóo y Ayuso son dos líderes queridos por su gente. Con independencia de la ideología, Galicia y Madrid votan al político, a la persona, a su gestión, lo que les hace merecedores del respeto y aclamo no solo de los suyos, sino de la mayoría de la ciudadanía.

Las intrigas políticas, las acusaciones de alta traición son tan antiguas como nuestra propia historia y por supuesto no son patrimonio de ningún partido político en exclusiva. Es común entre los dirigentes de los partidos el rodearse de los que para unos son la guarda pretoriana, palmeros para otros. El peligro está cuando al dirigente no le dejan ver la realidad. Ya en la antigua Roma sabían de estas cosas. “memento mori” (recuerda que eres mortal) era la frase que repetía un plebeyo cuando los generales desfilaban victoriosos y aclamados por la multitud para recordarles las limitaciones de la naturaleza humana e impedir incurrir en la soberbia y creerse omnipotentes.

Esta vez le tocó a Ayuso, que ha sabido defenderse, saldrá fortalecida, estoy segura. Fortalecimiento que espero llegue al PP, de la mano de Alberto Núñez Feijóo, no por considerar que sea mejor que Ayuso ni viceversa, sino por otras razones, que no guardan relación con su valía.

La juventud en política se ha convertido en mérito, aunque ha de saberse conjugar con la experiencia. Si la experiencia proviene además de la gestión del que ha sabido esperar a ser llamado por aclamación de su partido y por la inmensa mayoría de sus votantes mucho mejor.

Hace años conversaba con Raimundo Abando, con motivo de su etapa frente a la Autoridad Portuaria de Avilés, en la causa del Niemeyer, (utilizo este escrito para mostrar expresamente mi agradecimiento por su ayuda y su disposición) y me vaticinó que Feijóo sería presidente del PP nacional y del Gobierno de España, demostrándome su mayor visión política. En aquel momento sólo le mostré mi deseo, pero lo vi como algo muy improbable, deseo que vuelvo a ratificar.

Feijóo transformó Galicia, no sin antes presidir una de las empresas públicas más grandes del Estado Correos y el Insalud. Renovó el PP gallego tras la etapa de Manuel Fraga, tarea nada fácil y tiene las riendas del partido desde el 2006, 4 mayorías absolutas en su haber, un parlamento gallego sin Cs, Vox y Podemos. Acusa a Sánchez de haber entregado España a los que la quieren romper, Bildu y ERC junto con Podemos, y ha dicho cosas como que “Los gobiernos que nacen contra las urnas mueren en las urnas”. Bienvenido Alberto! pero recuerda que eres mortal.

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