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Tres décadas en el agua

El Club Natación Ciudad de Oviedo conmemora sus casi treinta años de vida con una muestra que recuerda los momentos más importantes de su historia

Tres décadas en el agua

Hay que remontarse al lejano 1977 y echar la vista atrás para encontrar el origen del Club Natación Ciudad de Oviedo (CNCO). Es en ese año cuando se empezaron a poner los cimientos de una entidad que con el paso del tiempo se ha convertido por méritos propios en un referente en Asturias. El origen del CNCO se debe al impulso de un grupo de padres que decidió poner en marcha la Escuela de Natación Oviedo que más tarde, concretamente en 1986, se convirtió en lo que hoy en día es el Club Natación Ciudad de Oviedo. Para conmemorar los casi 30 años de existencia y rememorar múltiples hazañas, el club ha diseñado una exposición donde se recoge la historia de la entidad a través de recortes de prensa, fotografías, trofeos. La muestra está situada en Intu Asturias, antes Parque Principado, hasta el próximo lunes. Así, todo el que quiera conocer que ha sido y es el CNCO sólo tiene que pasar por la exposición para conocer los primeros pasos del club, así como su evolución a lo largo de todos estos años.

Javier Hurlé, director técnico del club, fue testigo directo del crecimiento del Club Náutico Ciudad de Oviedo. No en vano, lleva 25 años sumergido en el día a día de la entidad. "Conozco muy bien el club", apunta. Y lo dice con conocimiento de causa, ya que primero fue nadador, hasta que dio el salto a la parte técnica. Salió de la piscina y comenzó un trabajo diferente, pero igual de atractivo. Hurlé se puso al frente de la dirección técnica y comenzó a desarrollar las funciones propias del cargo.

El CNCO dio un salto cualitativo tanto en cantidad como en calidad. Como dato, Hurlé ofrece uno muy significativo. En 1995 había 60 nadadores en la escuela y 50 en los equipos de competición; y en la actualidad el club suma más de 400 nadadores sumando todas las disciplinas. "La verdad es que estamos orgullosos y a la vez tenemos una enorme responsabilidad", dice el director técnico. Llegar hasta donde ha llegado el CNCO no ha sido nada fácil, pero quizás lo más importante es que la entidad que tiene su sede en las piscinas del Parque del Oeste ha sabido mantenerse temporada a temporada. Pero, ¿y el futuro? Ante esta pregunta, Javier Hurlé lo tiene claro. No renuncia a seguir creciendo. "Queremos ir a más, pero con criterio, creo que tenemos un horizonte muy bueno". Lo cierto es que el CNCO se ha hecho un hueco dentro del panorama de este deporte en Asturias. Ahora queda por comprobar cómo sigue evolucionando y creciendo.

Ahora que se cumplen casi tres décadas de andadura del club, Hurlé, como parte de la historia de la propia entidad, asegura "que el CNCO ha calado en la sociedad". Y lo dice por la cantidad de nadadores que han pasado por la exposición, algo que denota que "el club es y ha sido importante en la vida de las personas". Y un ejemplo es el propio Hurlé, que "llegué al club siendo un niño y ahora tengo 44 años".

En el plano deportivo, el CNCO ya está inmerso en la nueva temporada. "Estamos muy ilusionados, con muchas ganas", indica el director técnico. Como novedad, se ha creado un equipo infantil de waterpolo, además del absoluto; y la sección de sincronizada sigue con más niñas. "Es una delicia verlas trabajar", dice Hurlé. Y la natación, donde "tenemos puestas muchas expectativas". Y todo, siguiendo una máxima clara: "Nosotros ofrecemos trabajo, trabajo y trabajo para llegar a resultados", sentencia Hurlé, que añade que una de las mayores satisfacciones "es encontrarte con nadadores que han pasado por el club y que ahora traen a sus hijos, eso es emocionante".

Javier Hurlé coordina un equipo de trabajo formado por siete técnicos y dos colaboradores, entre los que se encuentran Beatriz Manchón, olímpica, que asesora en temas de nutrición, y Nacho Navarro, psicólogo deportivo.

Pasarán los años, las temporadas, llegarán nuevos nadadores, se irán otros, pero lo que quedará es la esencia de un club que se ha hecho a sí mismo gracias a los propios nadadores, técnicos y directivos. Y, como no, también al trabajo desinteresado de muchas personas que en su día apostaron por poner en marcha una escuela de natación, el germen de lo que hoy es el Club Natación Ciudad de Oviedo, que estos días está de enhorabuena.

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