Concluidos los dos Caminos Jacobeos más renombrados que pasan por Asturias: el Camino del Norte, y el Camino de San Salvador, volvemos nuestra mirada al más antiguo de todos: el Camino de las Reliquias, el cual ya funcionaba mucho antes del descubrimiento de Santiago de Compostela.
Este Camino empata con otro también muy antiguo y bastante desconocido, como es el Camino Olvidado con el cual se conectaría el valle de Omaña, en Riello.
Nuestro punto de partida es como siempre la Plaza de la Catedral de Oviedo, desde la cual nos dirigimos hacia el barrio de San Lázaro para coger la Senda Fluvial del Parque de Invierno, muy concurrida a cualquier hora del día, pero interesante pasillo para nuestros fines.
Por ella se circula hasta que se cruza el río Gafo, en cuyo punto nos podríamos desviar hacia el Caleyo, para bajar hacia Bueño y Palombar, por el ya marcado GR 207 de Las Reliquias y también el GR06 de San Melchor, pero preferimos buscar la comodidad de la Senda Fluvial y dejar ésta un poco más adelante tras pasa la estación de Fuso la Reina, donde se cruzan la vías para coger la carretera que sube hacia Labarejos, aunque en la Arquera seguiremos de frente por la AS-322 hasta Palombar, cogiendo el trazado original de las Reliquias que coincide a su vez con el del Anillo Ciclista de la Montaña Central de Asturias hasta Peñerudes.
De este modo se va subiendo por tramos hormigonados y asfaltados a la Mortera y al Campo Peñerudes, donde se abandona el rumbo Norte para virar al Oeste, por la carretera MO-5 hasta la aldea de Pedroveya, al pie de la Ruta de las Xanas, aunque para abandonar los tramos asfaltados todavía habrá que subir hasta el altozano pueblo de La Rebollada a 800 mts de altitud y 22 km., ya rodados de forma cómoda.
En La Rebollada empieza lo duro, pues se abandona el asfalto para tomar los duros caminos empedrados que suben hacia el Collado Seco, que se hace duro, pues no hay forma de rodar, y menos aún hasta que no se cogen las camperas de Las Andrúxas, por debajo del cumbral del Aramo, en cuyo punto ya podremos dar algunas pedaladas, pero hay que estar atentos a las trazas del camín pues se pierde fácilmente, y entre barrizales y vegetación pues se anda bastante mal.
Parece mentira que por aquí pudiera pasar todo el trasiego eclesial y administrativo camino de las tierras castellanas que gobernara Asturias durante la evasión sarracena, su importancia se dejar ver en la traza del camino, por donde llegaron reliquias y peregrinaciones a Oviedo, pues la caja del camino aún hoy es visible, las cual podremos en muchas partes del recorrido.
De Las Andruxas se ve al fondo el collado a ganar que por Cueva Menor nos hemos de dirigir al Pando La Mortera, donde encontramos la incipiente pista que nos permite ganar el Collado de Linares a 1.150 mts altt, que da vista a la vertiente de Bermiego.
Ante nosotros se abre ahora un vertiginoso descenso por Moinedo que va hacia la Ermita de la Merced, por tramos hormigonados, pero como la ruta de porteo ha sido dura, evitamos el sendero que va por delante de la Ermita de la Merced, para de este modo no castigar ya más a los amigos que realicen estas dura ruta, por lo cual se prosigue por la pista en descenso hasta ganar el pueblo de Bermiego, donde bien merece un desvío para contemplar el milenario tejo de Bermiego, con un aspecto un tanto deteriorado.
Desde Bermiego tan solo queda bajar, por la variante del GR. 106.1 que coge un camino un tanto trialero que nos permite ir bajando hacia el núcleo San Pedro, pasando antes por el lugar de Pan de los Ciegos, concluyendo finalmente en Arrojo.
