Ya se sabe que todo alumno busca en su medida obtener la mejor nota posible en sus tareas colegiales. No lo es menos cuando la actividad se traspasa al deporte y, en este caso, al campo de fútbol. En este aspecto, el Colegio Inmaculada se ha doctorado, obteniendo la mejor nota posible al sacar el máximo rendimiento a su prolífera cantera que, temporada tras temporada, está demostrando sus grandes cualidades para unir deporte, valores y educación.
Con esta idea se trabaja con los trescientos futbolistas con los que cuenta aproximadamente el Colegio Inmaculada para la presente campaña, en la que participará por los distintos campos de la región con diecinueve conjuntos: cuatro equipos benjamines, cuatro alevines, cuatro infantiles, cuatro cadetes y tres conjuntos juveniles. "Aspiramos al máximo con nuestras ideas y queremos mantener todas las categorías que tenemos y disponer de un equipo en las primeras categorías, porque no se puede decir que el deporte escolar es menos competitivo que el de otro club, no es así", recalca Jiménez.
El Colegio Inmaculada se lo toma muy en serio y sus resultados le están dando la razón, colándose entre los equipos punteros de la región y siempre alimentado del producto casero. "Los colegios van mucho a raíz de las generaciones que tiene, nos centramos en el alumnado sin buscar futbolistas de fuera e intentamos mejorar cada vez más lo que ya tenemos", asegura Jiménez. Hasta el momento, el rendimiento histórico de la escuela ha sido sobresaliente en todas sus facetas. Además, el coordinador de actividades del Colegio Inmaculada comenta que "premiamos el esfuerzo y el compromiso que mantienen con la escuela". Sus esfuerzos, con un trabajo laborioso desde la base, está trayendo consigo grandes recompensas que dejan más que satisfechos a los técnicos y miembros de la escuela gijonesa. El Colegio Inmaculada está dispuesto a repetir, pero con una buena nota que justifique su gran labor en los terrenos de juego y en la educación de sus jugadores.
