Otra oportunidad al limbo: la reacción del Oviedo tras el descanso choca con la mala suerte y otro polémico arbitraje (0-1)

Los de Carrión, atascados en la primera parte, vieron cómo Sánchez López o sancionaba un agarrón sobre Borja en el área

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Por ceñirse de primeras a lo futbolístico, el Oviedo concedió demasiado. Concretamente, 45 minutos de atasco en los que no mostró esa hambre del que se está jugando el play-off. Reaccionó después, sí. Y mereció al menos el empate. Pero no acompañó la suerte, o esa detalle que cambia las cosas. La suma de un equipo primero atascado y después sin tiento en el área debería darle para sacar positivo, pero ahí se suma otro factor, el del arbitraje, que por unas cosas u otras, tampoco le está saliendo de cara al Oviedo este año. Sánchez López le privó al equipo de un penalti por agarrón a Borja justo cuando se iniciaba el sometimiento final. La suma de factores dio como resultado una derrota (0-1) que escuece. Otra oportunidad por la borda en esta accidentada carrera por el play-off en el que solo los más fuertes están aguantando el pulso en el momento clave. No lo hace, de momento, el Oviedo.

Real Oviedo
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0 1
Tenerife
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0-1, min. 35: Mellot

Alineación Real Oviedo

Leo Román (1);
Viti (2), Luengo (1), Costas (1), Bretones (0);
Jimmy (0), Colombatto (1);
Paulino (1), Seoane (1), Moyano (0);
Alemao (0).

CAMBIOS

Masca (1) por Jimmy, min. 46.
Bastón (1) por Alemao y Millán (1) por Moyano, min, 63.
Lucas (1) por Paulino, min. 75.
Borja Sánchez (2) por Seoane, min. 80.

Alineación Tenerife

Soriano (1);
Mellot (2), Amo (1), Loic (1), Buñuel (1);
Rahmani (1), Aitor Sanz (1), Corredera (1), Roberto L. (1);
Gallego (1), Ángel (1).

CAMBIOS

León (1) por Amo y Sergio (1) por Gallego, min. 57.
Nacho (1) por Roberto L. y Luismi (1) por Rahmani, min. 67.
Ethyan (s.c) por Ángel, min. 90.


Sánchez López (comité murciano). Amonestó a los locales Viti y Bretones y a los visitantes Buñuel, Gallego.

Carlos Tartiere: ante 19.875 espectadores según datos oficiales.

Decía Carrión que al Oviedo no le asaltarían las dudas del choque ante el Mirandés, y en eso tendría razón. Solo que esta vez le surgirían nuevos problemas. O algunos antiguos que volvieron a coger cuerpo en el peor momento, especialmente la falta de recursos ante un rival que se cierra.

El primer tiempo fue azul, en dominio más que en ocasiones, porque de lo segundo solo llegaron a cuenta gotas. Pero lo que sería suficiente en otras ocasiones para acertar en alguna ocasión, no lo fue esta vez. 

Colombato entró al partido avisando con una falta cerrada que la defensa rechazó. La segunda fue arriba: centró Paulino, ganó Luengo y entre Alemao y Moyano no acertaron con el remate que parecía sencillo. Tras otro servicio cerrado de Paulino sin compañero que la empujara se desperezó el Tenerife aprovechando un par de desajustes de los de Carrión.

En el primero, Mellot marró cuando ya estaba en el área dispuesto a empujar. La segunda fue la del premio. Aunque antes el guion pudo cambiar drásticamente en un remate de Luengo que se estrelló con el poste. También con un pistón sobre Calvo que, de ser sancionado con tarjeta, hubiera llevado al chicharrero Enric Gallego a los vestuarios. Pero la balanza, no obstante, se inclinó para los visitantes. Bretones salió a tapar tarde al centro y cedió su carril. Mellot ganó su vía y se citó, ya en el área, con un Colombatto que llegaba a las carreras. Chutó el lateral y la pelota se deslizó por ese lugar que evitaba el bloqueo del defensa y la manopla de Leo Román. El 0-1 ponía las cosas cuesta arriba a los azules. Otra vez.

Tocaba remar y de ahí al descanso lo intentó el Oviedo con más fe que ideas. El Tenerife, que parecía haber masticado bien el partido, hizo todo lo posible para incomodar un centro del campo azul al que le faltaba chispa. No pudieron los azules con las dos líneas de cuatro armaditas y los dos delanteros que trataban de incordiar la salida carbayona. Suficiente para limitar los argumentos de un Oviedo demasiado tieso.

Intentó impulsar la reacción Carrión moviendo el banquillo y añadiendo pólvora. Entró Masca por Jimmy y Seoane retrasó su posición al doble pivote. Pudo funcionar el retoque pronto, muy pronto. A los 10 segundos de volver le cayó un rechace al luso que definió con el interior cerca del poste. Eso pareció encender al Tartiere y al equipo.

Alemao pudo descorchar la botella, solo 3 minutos después. Controló de forma magnífica un centro de Paulino pero erró en la definición de zurda. Si algo había quedado claro era que al Oviedo le sentaba mejor ese nuevo estilo más directo.

Seoane dio continuidad a lo que empezaba a parecerse a un asedio, con un disparo en la frontal que Soriano casi se come. Moyano estuvo aún más cerca en el rechace del córner, pero su misil sacó astillas del poste chicharrero.

Siguió la acometida azul con un centro de Seoane que Paulino alcanzó por una talla de bota. Poco se sabía del Tenerife hasta entonces, aunque Sergio visitó el área carbayona con un cabezazo peligroso.

La serie de cambios en ambos equipos apagó el impulso inicial del Oviedo en el segundo acto y salió beneficiado un Tenerife encantado de que se bajaran algunas revoluciones. No se lo podía pedir más pólvora a Carrión, que había sembrado el campo con Millán, Bastón y Masca, como tridente ofensivo. Lo que pasa que el equipo pareció descompensado, sin ese último servicio al área que posibilitara lucir músculo en ataque. Los cambios, en esta ocasión, no le sentaron bien al Oviedo.

Sí le funcionó de inmediato la última bala, la de un Borja Sánchez a la desesperada. Al canterano le cayó una pelota en el área y cuando 20.000 personas le pidieron chutar, él respondió con un magnífico recorte. Buñuel le agarró cuando iba a definir, pero el colegiado, Sánchez López no decretó nada. Fue avisado el colegiado por el VAR, analizó con calma la acción y mantuvo su opinión ante la indignación del Tartiere.

A pesar del golpe, el Oviedo lo siguió intentando. Con balones directos, con acumulación de atacantes, con balones al pie a Borja y Bretones en la izquierda. Masca, solo en córner, malogró la penúltima y Bastón de volea la última opción de sumar un punto que le hubiera metido en el play-off.

Murió el partido con un Oviedo directo pero sin ideas. Agarrotado en el tramo decisivo, condicionado por las decisiones arbitrales también. En definitiva, superado por la situación en el momento menos oportuno: con solo cinco jornadas para responder por delante. 

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