Colloto / Viella (Siero),

F. TORRE

«¡Papá, ven que encontré una bomba!». Los gritos de su hijo Arturo, de 12 años, alertaron a José María Menéndez mientras practicaba la pesca, en la mañana del domingo, en la zona libre del Nora en Colloto. Menéndez, vecino de Viella, salió rápido del agua y corrió hacia Arturo, que en ese momento estaba dentro del agua y señalaba, sorprendido, a un formidable obús que había en el agua, a apenas medio metro de profundidad.

«Ese día no tuvimos suerte», reflexiona Arturo. Cuando encontraron la bomba, padre e hijo llevaban ya dos horas en el río sin haber pescado una mísera trucha. Después de hallar el obús, a eso de las doce y cuarto, decidieron dar por terminada la jornada de pesca y se alejaron rápidamente de la bomba.

«Estaba pegada prácticamente a la orilla, pero el agua estaba algo turbia y no se veía bien. Lo que pasa es que yo estaba pescando con cucharilla, y estaba metido en el río, con el agua por las rodillas, y casi pego con ella», señala Arturo. Tras dejar la zona, padre e hijo alertaron a la Guardia Civil de la presencia de la bomba.

Al día siguiente, tres agentes de la Benemérita se desplazaron hasta su residencia de Viella para acabar de tomar los datos. Posteriormente, les llamaron para pedirles que les acompañasen hasta el lugar, ya que estaba en camino una dotación de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax), los artificieros de la Guardia Civil.

Arturo fue con ellos hasta Colloto y les indicó el lugar. «Una parte ya estaba incluso sobre el agua, porque había bajado un poco, y se veía a simple vista», señala el joven pescador. Los miembros del Tedax le pidieron entonces que se alejase y procedieron a desactivar el artefacto, aunque a los pocos minutos le informaron que no había peligro y pudo ver cómo lo sacaban del agua.

Según le explicaron los agentes, la espoleta del obús no se localizaba en la parte delantera, sino en un lateral, y había desaparecido. No obstante, el artefacto tenía aún la carga, por lo que los miembros del Tedax lo sacaron del agua y se lo llevaron a sus instalaciones, con intención de explosionarlo, en terrenos del cuartel del Regimiento «Príncipe» número 3 en La Belga (Siero).

«Me explicaron que era un obús de la Guerra Civil, que por allí había habido batallas y que seguramente éste había caído al río», apunta Arturo. De hecho, la zona fue una de las más activas del llamado «cerco a Oviedo», ya que en las cercanías se localizaba el complejo de Las Matas, estructura esencial en la campaña.

«Lo raro es que nadie lo haya encontrado antes, aunque un señor que había allí, con unas vacas, decía que ya lo había visto él antes, pero que no le había dado importancia», señala Arturo.

Lo insólito de su hallazgo ha provocado que sus compañeros del Colegio Nuestra Señora de Covadonga de Noreña no le creyeran cuando se lo contó el lunes. Pero él pescó un pez más grande que el campanu.