Perlora / Candás,

Mónica G. SALAS

Dos grandes desprendimientos de tierra se sucedieron ayer en Carreño. Aunque no hubo que lamentar víctimas mortales ni heridos, ambos derrumbamientos causaron importantes daños materiales; uno de ellos afectó incluso a los conductos de saneamiento y gas del concejo y el segundo obligó a desalojar una vivienda del paseo marítimo.

El primero de estos argayos, ocurrido presumiblemente durante la madrugada del domingo, tuvo lugar en la senda peatonal del Tranqueru, que enlaza Perlora y Xivares. La ladera del monte se desplomó sobre la playa llevándose consigo más de 30 metros del recorrido de la senda, así como el conducto de saneamiento, que abastece a Candás y Perlora. Asimismo, el derrumbe en este punto también dejó en mal estado la tubería que suministra el gas a la villa, al quedar colgando en el aire. «Lo primero ahora es solucionar el saneamiento; la ruta tardará tiempo en restaurarse», afirmó Ángel Riego, alcalde de Carreño.

Un vecino que paseaba por la zona fue quien alertó de los sucedido a los servicios de emergencias ayer, a las nueve de la mañana. Acto seguido, tanto la Policía Local como los responsables municipales y una unidad canina de 112 de Asturias se desplazaron hasta el lugar de los hechos para realizar una primera valoración de daños y comprobar que no había ninguna persona sepultada.

El segundo de los desprendimientos tuvo lugar también ayer, pero en esta ocasión en torno a las once y media de la mañana y en una vivienda unifamiliar de la calle Astillero, en el paseo marítimo de Candás, que tuvo que ser desalojada. Aunque normalmente residen en el inmueble cuatro personas y ayer tenían otras dos de visita, el incidente se produjo cuando la propietaria de la finca se encontraba sola en casa. «Yo sólo sentí un golpe muy fuerte», relató desconcertada Alicia Prendes, propietaria de la casa afectada por el derrumbamiento del monte Fuxa y que ayer tuvo que ser atendida por los servicios médicos tras sufrir un ataque de ansiedad. El argayo afectó principalmente a la parte posterior de la vivienda, tapiando alguna de las ventanas de la segunda planta.

Varias unidades de Bomberos, procedentes del parque de Avilés, así como la Policía Local se aproximaron hasta el lugar de los hechos para acordonar la zona y cortar la vía pública tanto a peatones como a vehículos, como medida de prevención. «La vía seguirá cortada ya que, según nos ha expresado el técnico de minas del Principado que ha examinado el talud, se prevé que haya más desprendimientos», explicó Pablo López, jefe de la unidad de Bomberos de la zona. De hecho, ayer se observaba un continuo goteo de masas de tierra sobre la vivienda afectada. En los próximos días un arquitecto valorará si el inmueble podrá ser habitado en un corto plazo de tiempo.