Ni un día ha durado en la calle el cartel anunciador del sexto "Rebolleres Rock" de Candás, aquel evento antes conocido como "Noche Celta" y que en la capital de Carreño mantiene su tirón. Ni un día ni una hora, porque ha muerto antes de llegar a la imprenta. Tuvo bastante con durar varias horas en Facebook, antes de que fuese retirado por la propia organización, el Ensame Xuvenil Trisquel y el grupo de baile "San Félix". Y todo por una reproducción casi exacta del mural de la Salve marinera candasina que sobrevive a duras penas sobre la fachada de la conservera Albo, obra de Alfredo Menéndez. El casi se debe a que la Virgen, aún velada, aparece haciendo la señal de los cuernos con la mano, un gesto típico del heavy metal.

Pocas horas después de ser "desvelado" el cartel en las redes sociales, ya se había armado el lío. La imagen trastocada de la Virgen había causado ofensa a unos cuantos y eso movió al Partido Popular a remitir un correo electrónico al Alcalde de Carreño pidiendo la retirada de la subvención de 11.000 euros que tiene el certamen musical si no se retiraba el cartel. Como sin ese dinero no se sostenía el festival, en esas pocas horas el dibujo transgresor se fue al cuerno.

No era algo pretendido, su muerte prematura, pero sí contemplado, tal y como asegura su autor. "No había un plan oculto para eliminar el Cristianismo cuando lo pinté", explica Alfonso Zapa, el autor del retoque mural, sin quitarse la ironía de encima. "Mi idea era mucho más inocente, solo pretendía pintar, más bien retratar, la falsedad de algunos que, ante gestos tan infantiles como este, salen a esparcir basura y sentimientos perversos".

Reconoce que el final del cartel estaba claro una vez puesta en juego la cuantiosa subvención municipal. "Es un chantaje, una pistola en la cabeza: o se pagaba el concierto con dinero del bolsillo o se quitaba el cartel", reconoce. La asociación organizadora aseguró en un comunicado que no pretendía "ofender" a nadie, pero Zapa no comparte esa visión. "A título personal, y hablo por mí, yo sí quería ofender, quería provocar, y retratar a quien finalmente ha salido retratado porque, al fin y al cabo, se trata de una chorrada, un juego, que ha espoleado a unos cuantos en pocas horas", dice.

Lo que no se le pasó por la cabeza fue aprovecharse de ninguna "mala publicidad". "No pensé hacer mercantilismo con el cartel, no me planteé que pudiera crear un efecto llamada hacia el "Rebolleres Rock"; de hecho, el año pasado hice algo parecido con otro mural de Albo, que, por cierto, podían fijarse más en que se están cayendo, y no pasó nada", asegura.

Era "tan solo un juego con la tradición del cantar candasín de la Salve, convertido en una versión rock, como único trasfondo intelectual posible". Ahora tendrá que modificarlo o empezar de cero, pero todavía no ha tomado ninguna decisión al respecto. "Aún estoy sin ideas por todo lo que ha pasado, así que no sé qué haré".

No hizo falta que el gobierno moviese "un dedo" tras el email del PP, ya que horas después se había retirado el cartel. En el escrito se señalaba que "visto el cártel de dicho festival, en el que se manipula y hace escarnio de una imagen de la Virgen María, entendemos que lo único que se busca es ofender a los vecinos de Carreño que profesan la religión católica, los cuales, como mínimo, merecen el mismo respeto que el resto de ciudadanos. Por todo lo expuesto, el grupo municipal popular exige la retirada inmediata del patrocinio y subvenciones públicas al festival Rebolleres Rock".

Las quejas del PP van más allá de la retirada del cartel, y horas después de realizada aún pedían la retirada de la subvención municipal al festival, al que tildaron de "mamandurria que sólo sirve para contentar a Compromisu por Carreño, el socio preferido del PSOE". Este partido político, con un representante municipal, tiene firmado un pacto de gobierno con el PSOE.