La Junta de Gobierno del Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) aprobó ayer poner en marcha un programa piloto en los concejos de Siero, Noreña, Navia, Gozón, Cangas del Narcea y Piloña con el objetivo de valorar la posibilidad de que el consorcio pase asumir la gestión del suministro hasta particulares y estudiar si es posible un servicio más barato y eficaz.

Este organismo, creado en 1967, se encarga hasta la fecha de suministrar agua a los depósitos municipales de unos 29 municipios, así como a grandes industrias regionales. Ahora su intención es extender a largo plazo sus servicios desde sus propios depósitos hasta los grifos de las viviendas particulares, algo que hasta la fecha es competencia bien de los municipios con servicio público de aguas o bien de empresas privadas que se encargan de estas labores mediante concesión por parte de los propios consistorios.

El estudio propuesto por Cadasa tiene por objeto estudiar a fondo las características de las redes de abastecimiento de agua de concejos con diferentes tamaños y modelos de gestión. En un principio, Siero había quedado excluido de este plan, pero fue incluido junto a Noreña, Navia y Gozón, previa petición del Ayuntamiento, como cuatro ejemplos de gestión pública desde los depósitos municipales hasta las viviendas. A ellos se suman Cangas del Narcea y Piloña, municipios no consorciados cuya red cuenta con gestión privada.

El fin último es valorar las condiciones actuales de las redes y la posibilidad de que estas puedan consorciar algunos servicios derivados de su actividad, actualmente desarrollados por separado por los concejos. Una manera de compartir gastos como mantenimientos, guardias o servicios de laboratorio que permitan abaratar el coste de la gestión y favorecer que concejos que en su día optaron por la vía de la empresa privada vuelvan a apostar por devolverla al sector público.

El hecho de que Siero se sume a este estudio permitirá conocer los costes que entraña mantener el servicio de aguas de un municipio grande, poblado y disperso, mientras que Noreña servirá de claro ejemplo de concejo de pequeño tamaño. Una especie de experimento con vistas a largo plazo, al que insistentemente han querido sumarse los dos territorios de la comarca del Nora con la intención de contribuir a avanzar hacia un servicio de aguas más eficiente y barato, que incluso podría abaratar los recibos de los vecinos si llega a buen puerto.