Las localidades maliayesas de Casquita y Poreñu, ya hermandas en 2016, siguen estrechando lazos. Los vecinos de esta última quieren agradecerles a los de la primera, entre otras cuestiones, su apoyo cuando optaron a ser Pueblo Ejemplar de Asturias y lo harán regalándoles una imagen de su Virgen de la Candelaria, cuya onomástica es el 2 de febrero. Los de Casquita celebran un día después la fiesta de su patrón, San Blas. Así que en breve ambas imágenes estarán juntas en su capilla.

Será la niña Lucía Miyar la encargada de recibir a la Virgen de la Candelaria, pues tiene el honor de haber sido la primera que fue bautizada en la mencionada capilla de Casquita.

No es la primera vez que San Blas une a sus vecinos. Ya lo hizo con los de la parroquia de Jove, en Gijón. En la guerra civil, los maliayeses se quedaron sin la imagen de su santo y cuando los gijoneses cambiaron la suya, donaron la antigua a los maliayeses, ya que el párroco, Eladio Miyar, tenía vínculos con Casquita. Así que esta generosidad les unió. Incluyo, en el pueblo villaviciosino siguen la tradición gijonesa de las rosquillas o galletas del santo, al que se le consideran intercesor en los males de la garganta y es costumbre la bendición de éstas.