El proyecto de un tren turístico, a vapor, entre Trubia (Oviedo) y Aller, que podría ponerse en marcha en octubre de este año, recuerda una vieja propuesta del Ayuntamiento de Quirós de hace veinticuatro años. Renfe propone ahora una locomotora histórica con vagones de época que uniría la localidad trubieca con la allerana de Collanzo. Cincuenta y cinco kilómetros repartidos en los cinco municipios que atravesaría. En 1998, el entonces alcalde quirosano, Agustín Farpón (PSOE), presentó al entonces presidente del Principado, Sergio Marqués (PP), un trazado férreo, turístico, de vapor en la actual Senda del Oso. La longitud del recorrido era mucho más modesta, cinco kilómetros, entre las localidades de Veiga y Santa Marina. Pero la coincidencia está en el planteamiento de fondo, el turístico.

En el proyecto quirosano, en la capital del concejo, Bárzana, a medio recorrido, había prevista una estación intermedia. Una antigua máquina de vapor sería el emblema de este tren turístico, los vagones clásicos completarían el convoy. El presupuesto de este proyecto era de 500 millones de las antiguas pesetas, tres millones de euros actuales. El Ayuntamiento hacia una previsión de que anualmente hicieran uso del tren unas veinte mil personas. Por entonces, se tuvo en cuenta que los estudios de 1998 calculaban que eran alrededor de unos nueve mil los visitantes mensuales que tenía la Senda del Oso.

Máquina antigua de un tren carbonero. | Reproducción de una imagen de la fototeca del Museo Etnográfico de Quirós

El fallido proyecto quirosano proponía una plataforma amplia, mixta, que permitía el uso férreo, peatonal y ciclista con total seguridad. Se detallaba una velocidad de unos veinte kilómetros a la hora. Una máquina de motor convencional se usaría para las maniobras con el convoy en las estaciones o para solucionar cualquier problema. Hay que tener en cuenta que la Senda del Oso no llegaba todavía hasta Quirós. Ese año, en 1998, se licitó el tramo entre Caranga (Proaza) y Valdemurio (Quirós). Desde Valdemurio a Santa Marina la ruta cicloturista tardó varios años más en llegar.

En este proyecto, que no llegó a ver la luz, se proponía también la recuperación de los antiguos altos hornos quirosanos, el actual Museo Etnográfico de Quirós. La financiación de esta iniciativa debía correr a cargo del Principado y se proponía una gestión privada o mixta de dicho tren. El Ayuntamiento pretendía lograr un impulso turístico con un atractivo novedoso pero vinculado con la tradición férrea del concejo.

El tren turístico de Quirós volvería a surcar el antiguo trazado del tren carbonero que durante ochenta años transportó carbón, mineral y lingote de hierro hasta Trubia. Fue el tren de mercancías privado más largo de Asturias, treinta kilómetros, y el primero en usar el ancho de vía de 750 mm.

La iniciativa, que quedó en papel mojado, se presupuestó en tres millones y preveía 20.000 usuarios anuales

Hay anécdotas como que Fábrica de Mieres, una de las empresas propietaria del dicho tren no logró la concesión como servicio público de viajeros en 1892. En la petición se detallaban como cosa curiosa las características de los vagones de viajeros. “Serán de dos clases (1ª y 2ª). Los mejores, forrados de paño, y los asientos y respaldos almohadillados cómodos de crin animal. Ocho viajeros ocuparan dicha estancia. Los de 2ª tendrán una capacidad de diez ocupantes”, señalaban, sin especificar en este caso la calidad de los materiales, se supone que vagones de madera sin más comodidad.

Quirós se quedó sin el único tren turístico de vapor de todo el Cantábrico, en aquel año de 1998. Por entonces, la construcción de infraestructuras ferroviarias estaba de moda. Se hablaba del funicular de Bulnes, en Cabrales, que se inauguró en 2001. También estaba la propuesta de un tren cremallera a los Lagos que no llegó a pasar del papel a la realidad.

Fueron algunos proyectos de papel. Ahora, la iniciativa de un tren turístico, a vapor, entre Trubia (Oviedo) y Aller, puede llegar a culminar con éxito con esta nueva iniciativa ferroviaria impulsada por el Principado, Renfe y ayuntamientos. En el otoño si se cumplen expectativas y previsiones del proyecto, podremos ver la fumarola de la máquina de vapor recordando los tiempos de la Asturias industrial y la minería de los siglos XIX y XX.