Las obras para proteger la ribera del río Nalón continuarán en Pravia el próximo año

La Confederación Hidrográfica inicia la segunda fase de recuperación de la vega de Forcinas: "También actuamos ya en Grullos y Santoseso"

Por la izquierda, David Álvarez, Enrique Rodríguez, Manuel Gutiérrez y David Villar, ayer, observando una de las zonas donde se aplican técnicas de restauración de bioingeniería, en la vega de Forcinas, en Pravia. | S. Arias

Por la izquierda, David Álvarez, Enrique Rodríguez, Manuel Gutiérrez y David Villar, ayer, observando una de las zonas donde se aplican técnicas de restauración de bioingeniería, en la vega de Forcinas, en Pravia. | S. Arias / Sara Arias

La Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha comenzado la segunda fase de restauración de la vega de Forcinas, en Pravia, en el marco de las actuaciones del proyecto piloto de estudio e intervenciones en el Bajo Nalón para mitigar la erosión de la ribera y así paliar los daños de las riadas. La obra era muy demandada por la presencia de producciones de kiwi en la zona que se veían afectadas por las avenidas del cauce. Además, se está trabajando también en esta misma línea en la zona de Grullos y Santoseso (Candamo) y el presidente de CHC, Manuel Gutiérrez, avanzó que los proyectos continuarán el próximo año en otros ámbitos previstos en el plan como, por ejemplo, en los puntos pravianos de Agones y Peñaullán. Gutiérrez anunció asimismo que abordarán una segunda fase del estudio de investigación en el que se basan los proyectos actuales con el que se "pretende mejorar el conocimiento del transporte de sedimento en el río, que está en el origen de su situación de desequilibrio".

La segunda fase de las obras de Forcinas, que Gutiérrez visitó ayer junto al alcalde de Pravia, David Álvarez, y otras autoridades, abarca 200 metros de vega en la dos márgenes del río y finalizará en mes y medio. Tras haber realizado una prospección de la fauna acuícola y la retirada parcial de las acumulaciones de sedimento o cantos rodados, las labores se centran ahora en eliminar las especies invasoras y replantar con variedades autóctonas de ribera. También en la ejecución de un talud con técnicas de bioingeniería que sustituyen a las tradicionales escolleras.

Las actuaciones tienen por objeto mitigar los daños causados por las avenidas

"Además de estos trabajos, estamos actuando en Candamo, en Grullos y pronto en Santoseso. Y el año que viene plantearemos nuevas actuaciones", detalló a pie de obra Gutiérrez, quien apuntó, no obstante, que los proyectos "no tienen vocación de definitivos dado el desequilibrio que impera en el Nalón, el aumento de la frecuencia de avenidas y el carácter piloto de muchas de ellas, pero formarán parte de un proceso continuo de investigación y seguimiento".

Además de la segunda fase de Forcinas, ya han sido ejecutadas obras en Grado y San Román de Candamo y están finalizando los trabajos en Grullos, en el concejo candamín, con una inversión de 190.919 euros. Estos últimos se realizan en un tramo en curva donde se estaba produciendo una fuerte erosión sobre la margen derecha del cauce, con pérdida total de la vegetación y retroceso de la ribera, situación que estaba poniendo en riesgo infraestructuras de saneamiento próximas.

Y en Pravia, esperan con ansias la restauración de la vega de Agones-Peñaullán para proteger las plantaciones de kiwi afectadas por las avenidas del río Nalón. "El río para nosotros, además de ser un recurso natural, es una fuente de actividad económica en un entorno con cultivos de kiwi, por lo tanto agradecemos estas actuaciones", señaló el alcalde de Pravia durante la visita, a la que también asistieron el director de Agricultura y Pesca de la Delegación del Gobierno en Asturias, Enrique Rodríguez, y el director general de Medio Natural, David Villar, quien destacó las técnicas de bioingeniería desarrolladas en la zona, perteneciente a la Red Natura 2000. "Estamos testando soluciones ya validadas en otras cuencas haciendo posible la conservación de la naturaleza, la protección de las márgenes y el desarrollo de la agricultura como el kiwi y demás aprovechamientos", dijo.

Todos los proyectos surgen del estudio morfológico del río impulsado por la Confederación Hidrográfica para conocer mejor el comportamiento del cauce desde la presa de El Furacón, en Oviedo, hasta la zona marítimo terrestre aguas abajo de Pravia en El Roxico. Una investigación que afronta ahora su segunda fase, que consta de dos actuaciones piloto de reubicación de sedimentos procedentes de aguas arriba del tramo en estudio, así como las barreras que están reteniendo el material sólido que necesita el río para que discurra con normalidad.

Con ello se establecerán las bases metodológicas para desarrollar un observatorio del sedimento que transporta el río a más largo plazo. Se hará con la instalación de un sismógrafo, 15 geófonos y la monitorización de 800 cantos con geolocalizadores. En el primer estudio, que dio lugar a las actuales obras en el río, se constató que el Nalón presenta ocho kilómetros de orillas erosivas distribuidas en más de 30 empalamientos, el máximo registrado desde 1945. La investigación determina que la falta de áridos produce un desequilibrio en el cauce.

Entre todas las intervenciones de bioingeniería desarrolladas la inversión asciende a 1,2 millones, a los que se suma el importe de los estudios e investigaciones realizados o iniciados, que asciende a 492.272 euros. La mayoría de estos trabajos son financiados por el Ministerio para la Transición Ecológica bajo la dirección de la Confederación y están siendo desarrollados por la empresa pública Tragsa con la colaboración del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) de la Universidad de Oviedo.

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