Mieres del Camino,

C. M. BASTEIRO

Diamantina Rodríguez es todo un referente en el mundo de la toná. A lo largo de su carrera como intérprete de canción asturiana realizó más de un centenar de grabaciones, llenó escenarios y se consagró como una estrella. Ahora, Xaime Arias acaba de recoger toda su andadura en el trabajo «Diamantina. Memoria de un tiempo de la tonada», un trabajo de investigación con el que consiguió la máxima nota en la facultad de Musicología de la Universidad de Oviedo. El autor de la obra proyecta ahora publicarla.

«Me sentí muy halagada cuando Xaime me dijo que iba a estudiar mi carrera», explica Diamantina Rodríguez en su casa de Mieres antes de destacar que su primer éxito importante fue conseguir el segundo puesto en el premio de la sala Babel, a los 28 años. Desde entonces, su popularidad no hizo más que ir en aumento y todos sus pasos musicales quedaron grabados en más de 100 discos.

Ahora, con 90 años, mira al pasado sabiendo que si pudiera repetir su vida en estos tiempos, todo sería distinto. «Empecé a grabar cuando era muy joven, porque necesitaba el dinero», explica. No está del todo satisfecha con esos primeros discos porque «todavía no sabía hacerlo bien y hoy en día hay gente que cantando mal, con la tecnología, termina grabando muy bien. Eso antes no valía». Desde su punto de vista, «hubiera sido mejor para mí esperar a ser un poco más veterana antes de hacer discos, pero yo quería ganar dinero para ayudar en casa. Mi marido ganaba 2.000 pesetas en fábrica de Mieres y no era suficiente».

Con todo, dice que siempre se ha sentido «muy admirada y muy querida por el público». Reconoce que «no era la que mejor cantaba», pero está segura que su éxito se lo debe a su voz, con un timbre tan característico que provocó que el crítico Oscar Luis Tuñón la definiera como «La voz de oro de la asturianada». «Los periodistas también me querían muchísimo. Todo el mundo se volcó conmigo, en Mieres y en toda Asturias. Tuve mucha suerte», afirma.

Todos esos éxitos, además de sus grabaciones, y cantidad de artículos relacionados con su carrera, están recogidos en la obra de Xaime Arias. «Fue un trabajo muy extenso, me llevó cerca de dos años», explica. La propia Diamantina dice que llegó a preocuparse «por todo lo que tenía que hacer Xaime. Venía aquí a casa y pasaba dos horas hablando conmigo y escuchando grabaciones, se merecía la nota que le pusieron». Arias reconoce que hay voces «muy importantes» pero que se quedó con la intérprete porque «es muy representativa y ejemplar» y, además, permitió romper con un mito de la tonada, «que siempre se relacionó con el chigre y, en consecuencia, con los hombres».

Además de cantar, Diamantina Rodríguez también llegó a componer alguno de sus temas. Sin embargo, en este sentido, Arias apunta que «hay que poner un asterisco, en lo de componer, porque por aquel entonces había muchas influencias». El experto no escoge ningún tema pero la cantante, si tiene que elegir, se queda con «A la madre de un mineru» y «Arboleda bien plantada», dos canciones ideadas por ella en las que trata experiencias de su vida. De hecho, «Arboleda bien plantada» habla del matrimonio, algo que la cantante conoce a la perfección porque se casó a los 15 años. «La letra me gusta mucho y sigue sonando, el otro día la cantó una mocina en el concurso de Rioturbio y lo hizo muy, muy bien». Y es que, aunque ya dejó de subirse a las tablas hace tiempo (la excepción fue el homenaje que le tributaron el Mieres con motivo de sus 90 años) sigue estando muy atenta a las nuevas promesas de la canción asturiana. «Hay chavales muy buenos, pero si quieren innovar tienen que inventar nuevos temas, no cambiar los tradicionales». Consejo de toda una maestra, digna de un trabajo de diez.