En Gijón, donde residió los últimos años, falleció el pasado viernes Baldomero Montejo Martín, un langreano ejerciente, un animador de múltiples y nobles causas, un divulgador de temas del concejo en porfolios, revistas y en las cartas de los lectores de LA NUEVA ESPAÑA, un activista insistente en las tareas que asumía porque entendía que eran razonables. Se consideraba una persona de «a pie» con objetivos y actividades de destacar lo mejor de Langreo y los langreanos.

Baldomero Montejo, entre sus muchas y desinteresadas acciones fue impulsor y máximo responsable de lograr por suscripción popular el nombre de una calle a favor de Eugenia Antuña (Eugenia de La Reguera); colaboró activamente a mantener el nombre de «Alcalde García Lago» al parque creado en La Felguera; apoyó el centro de Pando para enfermos mentales y el reconocimiento al doctor José Manuel González Campa como «hijo adoptivo» de Langreo; recopiló datos históricos y fotografías antiguas del concejo; inspiró el homenaje a Jesús Espina «Suso» que se instaló en el parque Dolores F. Duro con una hermosa leyenda de José León Delestal e intento organizar mas acciones, desde un homenaje a Cipriano Pedrosa a una remodelación del kiosco de la música en la que no encontró los suficientes apoyos.

No se desanimaba por ello Baldomero Montejo, que justificaba su trayectoria de inquietudes a favor de los demás, y por supuesto sin nada a cambio (y a quien no faltaron algunas criticas), con la sentencia de Voltaire: «Los ejemplos corrigen mucho mejor que las reprimendas».

Muchos langreanos -especialmente los que ya peinan canas que conocieron, trataron y leyeron a Baldomero Montejo en sus colaboraciones en la revista del Imserso del centro de La Felguera- han sentido el fallecimiento de este activista langreano de nobles causas. Descanse en paz. Y que su ejemplo de interés por los temas langreanos nos sirva de estímulo a todos.