La ilusión renovada, las ganas de trabajar y la oportunidad de un equipamiento que ha sido el emblema de Canzana. Estos han sido los argumentos que el empresario hostelero del Nalón, Javier Fernández, ha puesto encima de la mesa para reabrir el Hotel Restaurante Canzana, después de un año de su cierre. Junto con su socio y sobrino Pablo López, quiere situar a este hotel "en la primera división de los establecimientos turísticos asturianos". Y ya se han puesto manos a la obra.

Los fogones han comenzado a servir comidas hace unos días y las mesas poco a poco están recuperando las tertulias de antaño, incluso alguna que otra partida de cartas. Los vecinos de Canzana están encantados. No había ningún bar en la zona y ahora ya tienen la posibilidad de tomarse su café o el vermouth de los domingos, incluso celebrar sus comuniones, bodas o comidas familiares, sin tener que desplazarse a otras localidades cercanas.

Al acto inaugural no faltó nadie. Entre las autoridades presentes se encontraba el alcalde de Laviana que dio la bienvenida con unas líneas de la obra de Armando Palacio Valdés "La aldea perdida" ambientada en la zona. La Consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales María Jesús Álvarez también intervino en el acto en el que abogó por reinventarse en la aldea para conseguir convivir el pasado con el presente y potenciar el turismo como motor de la economía de zonas tan ricas en recursos naturales. El párroco de Laviana Víctor Cedrón bendijo las instalaciones y dejó una Virgen del Carmen para que vele por el futuro de la empresa.

Nadie quiso perderse este nacimiento. FADE, OTEA (Ocio y turismo de Asturias), Cámara de Comercio de Gijón, alcaldes de Caso y Sobrescobio, amigos, vecinos, familiares, proveedores?Todos acompañaron a la familia hostelera que hunde sus raíces en el valle del Nalón desde hace más de 45 años.

Hotel Restaurante Canzana se convierte en uno de los equipamientos más importantes de los cinco concejos que forman el valle y el mayor del Alto Nalón. Un equipamiento que cuenta con dieciséis habitaciones, tres salones comedores y zona de juegos infantiles. Cocina tradicional con menús diarios y con especialidades como el cabritu con patatines. Cualquier excusa será buena para poder sentarse a disfrutar de su buena mesa.