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"Tenemos que mejorar las instalaciones de los destinos de costa"

Juan José González Pulgar. J. R. SILVEIRA

-Acaban de dar un paso importante con la modificación de estatutos para que entren familiares de mutualistas en la dirección. ¿Es fundamental esa apertura para garantizar la supervivencia de la entidad?

-Las modificaciones de estatutos responden a un nuevo modelo de Montepío compuesto por la incorporación real y efectiva de la familia minera como heredera y defensora de los valores que representa la entidad. El futuro se asienta sobre ellos, sus familias y el papel protector de las organizaciones sindicales mineras. La adaptación a esta realidad social en nuestro colectivo supone que de manera prudente y paulatina se van a ir incorporando socios familiares a la toma de decisiones y gestión de la entidad, a medida de que su presencia y afiliación vaya adquiriendo más peso. Es un proceso más lento de lo que nos gustaría, aunque a día de hoy ya son unas 1.400 las personas con condición de socios familiares.

-¿Qué me dice del retorno de CC OO?

-Nosotros defendemos nuestras raíces y una historia minera colectiva. En esa historia ha estado Comisiones Obreras. Los estatutos recogen en origen un derecho que se les otorga, porque les pertenece, y son ellos los que pueden decidir si lo van a ejercer o no. Es una decisión práctica, de puerta abierta, y leal, porque la experiencia nos indica que las decisiones que toman algunos dirigentes no siempre permanecen en el tiempo y en un futuro otros dirigentes pueden alterarlas y retomar el camino que en su día hicimos juntos. De hecho hay compañeros de Comisiones que siguen trabajando desde sus juntas locales con normalidad. Los estatutos dejan abierta la puerta a su retorno efectivo.

-¿Qué puede ofrecer la Mutualidad a jóvenes no tan arraigados con la cultura minera?

-El Montepío representa los valores más nobles de la cultura minera desde la Revolución industrial: la solidaridad, la fuerza de la unidad colectiva y la ayuda social irradiaron en toda la sociedad de las comarcas mineras y, por extensión, en amplios sectores sociales asturianos. Para los jóvenes que se sienten identificados con estas raíces solidarias pueden ver en el Montepío un buen instrumento para continuar la labor de ayudar a las personas; pero para los más pragmáticos podemos demostrar en cifras que pagando una cuota de 17,80 euros al mes uno puede recibir servicios y contraprestaciones por el triple de lo que aporta.

-La Residencia de Felechosa, juicios al margen, lleva ya tres años con un crecimiento notable. ¿Dónde está el techo?

-El plan estratégico que aplicamos en la Residencia nos ha permitido completar una oferta de servicios siguiendo modelos europeos y de vanguardia en su campo, con servicios muy potentes en discapacidad, nutrición, psicología, enfermería, logopedia, fisioterapia, terapia ocupacional, podología, hidroterapia? que permiten dar respuestas integrales. Ofrecemos servicios en comunidad abierta, desarrollando iniciativas avanzadas en envejecimiento activo. Con ello nuestros mayores están conectados a la vida social del alto Aller. Tenemos margen para crecer en número de residentes, en calidad e incorporar nuevas técnicas, porque la innovación en el campo sociosanitario es creativa y ya no admite fronteras ni territoriales ni de edad.

-Ledesma es un referente, pero el turismo termal tiene una competencia feroz con nuevos establecimientos. ¿Necesitan una modernización?

-El Balneario lleva tres años en un proceso de transformación, con inversiones muy importantes destinadas a la modernización de las instalaciones. Por la envergadura de la instalación, con 35 hectáreas, requiere cuantiosos recursos económicos. Cuando estos son escasos, como es nuestro caso, realizamos las actuaciones con tino y prioridades. La primera fue dotarnos de redes energéticas sostenibles, como la biomasa, que se suma a la solar, y la climatización. Ahora le toca el turno a la remodelación de espacios comunes y hacer habitaciones más confortables. Las actuaciones forman parte de un proyecto doble, que llamamos "el río de la vida", que contempla, por una parte, el diseño de interiores, donde el cliente es el protagonista, y por otra, la puesta en valor del espacio natural y el paraje del Tormes, como un lugar de encuentro para las familias entorno a la salud y al agua.

-En cuanto a los destinos de costa del Montepío, ¿Dónde está la clave para crecer?

-Tras reordenar el grupo, poner en valor su marca y actividad y los planes estratégicos, la clave ahora es ir mejorando las instalaciones, profesionalizando la gestión e incorporar nuevos servicios atractivos en los centros. Una clave es cubrir las plazas residenciales no ocupadas con clientes de convenios y mercado libre. Con esta fórmula hemos conseguido que un destino casi desahuciado como Roquetas remonte y aporte beneficios a la entidad. En Los Alcázares aún estamos en fase de superar los problemas del Mar Menor como marca, pero somos optimistas por se ha instalado ya a nivel regional una gran conciencia social en su defensa y no dudamos que va a ser un destino turístico sostenible y de calidad, de primer nivel. Para nosotros el reto es romper con la estacionalidad y captar nuevos clientes en temporada media y baja.

-La creación de la nueva Fundación Obra Social como una actividad propia desligada ya de la Mutualidad, ¿en qué ha afectado?

-Somos una Mutualidad de Previsión Social, sin ánimo de lucro, que pone en marcha una Fundación que nos permitirá, además de adaptarnos al marco legal existente, dar soporte legal a nuestras empresas, como empresas de economía social, y gestionar el plan social con una fiscalidad distinta, que nos va a generar ahorro económico que redundará en más actividad. Además, la Fundación es una oportunidad para explorar nueva política social con actividades que vamos a poner en marcha, como la investigación en el campo de la salud y el envejecimiento. El año pasado ya pusimos en marcha la Asesoría Legal, múltiple y familiar, como un servicio gratuito a las familias mutualistas. Y en este curso estamos trabajando ya en dos proyectos: una Asesoría en temas sociales y el Programa de Paciente Activo, como una Escuela de Salud, de la mano de la Consejería de Sanidad.

-¿Qué futuro le ve al Montepío?

-Estamos conformando un modelo más social y solidario, con servicios integrados dentro del concepto de economía social, donde la Responsabilidad Social Corporativa es el guión a seguir. Nuestras palabras claves son: desarrollo local, igualdad, cohesión social, inserción de personas, conciliación, sostenibilidad, respeto a las leyes y al medio ambiente? Es, por tanto, un proyecto muy atractivo, ilusionante, que tendrá un gran futuro si los familiares de los mineros quieren preservar sus raíces y proteger su historia.

-¿Y a su presidente? ¿Seguirá en el cargo una vez termine el mandato?

-De momento toca acabar el último año de este mandato y conseguir los objetivos que nos estamos marcando. Cuando se me hace esta pregunta, viene a mi memoria que la verdadera alternativa a estos años de trabajo duro e intenso, con tantas situaciones injustas y complejas, dada mi situación laboral de pasivo, era y sigue siendo un buen libro y una silla bajo la figar que plantó mi abuelo.

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