Los propietarios del antiguo cine Esperanza no contemplan en estos momentos el derribo del popular edificio. Tras abordar una obra para reforzar la estructura del viejo cine, la intención de los dueños es conservarlo, aunque a medio plazo están dispuesto a estudiar todas las posibilidades a su alcance. La preferencia, en todo caso, la tendrá el Ayuntamiento de Mieres. Portavoces de los herederos del inmueble han remarcado su disposición a negociar una venta "ventajosa" del mismo: "Si el Ayuntamiento está interesado, el precio no será un problema. Lógicamente no contemplamos regalar una propiedad con alto valor inmobiliario, pero estamos dispuesto a negociar un precio que resulte más que razonable", explicaron a este diario los dueños.

El gobierno de Mieres ha trasladado a los propietarios del clausurado cine Esperanza su interés en que el edificio se mantenga en pie. Ahora bien, pese a que desde la oposición Somos ha reclamado la recuperación del inmueble como espacio de uso cultural o lúdico, no hay sobre la mesa ningún proyecto orientado a insuflar de nuevo vida al que fue un referente que mantuvo iluminada la última gran pantalla de cine de la ciudad hasta 2002, fecha en el que el proyector se desenchufó definitivamente. "Por nuestra parte estamos dispuestos a dar las mayores facilidades si realmente existe interés en que el edificio vuelva a dar servicio a los mierenses", sostienen los dueños. De no ser así, a largo plazo estudiarán otros ofrecimientos. El edificio, al igual que sucedía con el desaparecido Teatro Capitol, se encuentra en pleno centro del casco urbano. En su momento, el Ayuntamiento negoció la compra del Capitol tras su cierre hace 27 años, pero no se alcanzó un acuerdo. El resultado fue que el principal espacio escénico que ha tenido Mieres acabó derribado para dejar paso a un bloque de pisos.

Descatalogado

En estos momentos y pese a los últimos arreglos, el cine Esperanza presenta un avanzado estado de deterioro. No hay ningún impedimento urbanístico para que los propietarios procedan a su derribo si así lo deciden. El edificio fue descatalogado hace meses como bien patrimonial, por lo que no hay ninguna traba legal para proceder a su demolición. En la decisión final pesará mucho la decisión que tome el Ayuntamiento sobre el estado del edificio y su futuro uso. Una declaración de ruina conllevaría muy posiblemente el derribo del viejo cine. El Ayuntamiento, sabedor de que así sería con casi total seguridad, ha actuado con prudencia, exigiendo periódicamente a los dueños actuaciones de mantenimiento.