El paso del tiempo deteriora las cosas y, al mismo tiempo, muchas veces les otorga valor. El Ayuntamiento de Mieres se ha visto en la tesitura de tener que conjugar ambas realidades, protegiendo un legado cubierto de peligros. La administración local ha tomado la decisión de desmontar, "piedra a piedra", una construcción en Villabazal (Turón) datada en 1793 y que cuenta con tres inscripciones epigráficas. El problema es que está en ruinas y amenaza con venirse abajo. Se pretende al menos salvar las inscripciones para su futura exposición.

El gobierno local anunció ayer que tras un largo proceso, que ha requerido la elaboración de estudios históricos y arqueológicos impuestos por el órgano competente en protección del patrimonio cultural, el Ayuntamiento prevé iniciar las obras a finales de este mes con una inversión global de 30.000 euros. La actuación, que consistirá en la eliminación del citado inmueble en ruina, presenta como objetivo último la seguridad ciudadana y ornato, siendo la intención del Ayuntamiento con respecto al solar vacante "la de recuperar el espacio para el uso público y conservar, proteger y exponer los elementos de valor e interés histórico para el conocimiento de toda la ciudadanía, como acción de protección y difusión del patrimonio cultural local".

La concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Delia Campomanes, confirmó ayer que próximamente -previsiblemente a finales de este mes de enero- se procederá al desmontaje del muro de piedra del inmueble popularmente conocido por los vecinos de Villabazal como El Convento. La antigüedad de la construcción está datada en 1793. Cuenta con tres inscripciones epigráficas en los sillares de los vanos de la planta baja y el primer piso de la edificación. En concreto, las inscripciones son las siguientes: "Hizose el año/ de 1793", a la que sigue "IHS / Ave / María Purísima / Sin pecado / Concebida / Año de 1793" . Hay una tercera en bastante peor estado por la avanzada erosión del soporte. Según la evaluación realizada por la historiadora Lorena Meana hace referencia a menciones de gente de la zona. Hace años podía leerse "Quoz dabis abebis".

El estudio de la historiadora concluye que la antigüedad del inmueble parece, ante estas pruebas, constatada, si bien no se ha localizado documentación suficiente que corrobore la posibilidad de que haya sido un convento. En este informe se reconoce cierto valor histórico y etnográfico a la construcción por su antigüedad y características arquitectónicas pero se destaca el mal estado de la construcción. La actuación irá acompañada por un seguimiento arqueológico y que permitirá conservar las piedras inscritas. Los arqueólogos contratados para este fin han concluido que estas piezas debieran ser depositadas en el Museo Arqueológico de Asturias, dado su interés histórico como testimonio del pasado señorial rural del valle de Turón, actualmente prácticamente desaparecido debido a la profunda transformación del paisaje rural tradicional de este territorio que supuso la introducción de la minería en el mismo a finales del siglo XIX. "En conversación con la dirección de esta institución se ha planteado la posibilidad de la firma de un convenio de cesión, el cual permitiría el mantenimiento de las piezas en el concejo", señalaron fuentes municipales. El Ayuntamiento trabaja en varias opciones para su instalación: "Siempre protegidos y bien conservados en un espacio donde la ciudadanía pueda visitar y conocer la historia de los elementos de la construcción".